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Hélène Delprat. El souvenir de les batalles perdudes

  • Arte
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
  1. Helène Delprat al Museu Picasso
    Miquel CollHelène Delprat al Museu Picasso
  2. Helène Delprat al Museu Picasso
    Miquel CollHelène Delprat al Museu Picasso
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

Pregunta a un artista qué es lo peor que le pueden deci sobre su obra. Puedes referirte a su obra como “hermosa” o exclamar “¡qué bonito!” delante de uno de sus cuadros y, seguramente, verás cómo se le rompe el alma en mil pedazos. Nuestro placer estético no suele ser la prioridad de los creadores, porque el arte es ante todo la comunicación de un estado interior, de una intención o de una idea.

La obra de Helene Delprat (Amiens, 1957) juega con la belleza y la fealdad. "No es que quiera hacerlo feo, es que quiero ir más allá de mi propio gusto", indica la artista. Sus pinturas, esculturas e instalaciones cuentan historias grotescas de crímenes, violencias y guerras y ahora, el Museu Picasso le ha reservado dos salas para que descubramos su obra, siguiendo la iniciativa del museo de hacer exposiciones antológicas de artistas contemporáneas.

En la obra de Delprat hay referencias a Picasso. Una gran pintura con el nombre 'No me gusta mucho el Guernica (no se lo digas a nadie)' nos da la bienvenida a la exposición. Es una composición que recuerda a una galaxia donde imágenes de la Guerra Civil Española y los animales del 'Guernica', encarcelados, flotan por el cosmos. El artista plasma el nombre de Agustí Centelles, pero este no es el único reportero de guerra que hace una aparición en sus creaciones; en otras obras encontramos menciones a Marina Ginestà y Nicole Stéphane.

En medio de una de las dos salas de la muestra hay una instalación hechizadora.  'Conversaciones con una mesa' es una superficie de porexpán donde Delprat ha colocado espadas, reliquias, trofeos, esculturas y otros objetos bélicos, hechos de cerámica pero recubiertos de pintura de oro. Para fijarnos en lo que tenemos delante, primero es necesario superar la belleza deslumbrante del dorado. ¿Hay fealdad, al encontrar hermoso lo que mata?

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