“A mí no me interesa el arte muerto. Creo que la vida es el arte y mi cuerpo es mi arte vivo”. Esta frase de María Teresa Hincapié define a la perfección su práctica artística, centrada en la performance. De hecho, el arte de María Teresa Hincapié se considera "poética de lo doméstico" porque sus performances convierten las acciones cotidianas en rituales sagrados.
Su práctica artística tiene una vocación mística, ética y política que se hace palpable en las performances que realiza. Por ejemplo, en 1990, Hincapié ganó el primer premio del XXXIII Salón Nacional de Artistas (Colombia) con su performance de larga duración 'Una cosa es una cosa', en la que la artista colocó al espacio expositivo todas las cosas que tenía en su casa, interactuando durante ocho horas seguidas a lo largo de varios días. Otra acción destacada de Hincapié llevaba el nombre de 'Hacia lo sagrado', que consistió en un viaje a pie de 550 kilómetros que duró 21 días, desde Bogotá hasta San Agustín, pasando por zonas de conflicto armado y alimentando cese con semillas y panela (azúcar sin refinar).
La exposición, que es coproducción entre el Museo de Arte Moderno de Medellín y el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, recoge una selección extensa y diversa de sus obras -fotos, vídeos, escritos de la artista, diapositivas, testimonios visuales y material de archivo- con el objetivo de intentar definir a esta artista inclasificable a quien todavía no se le había dedicado una muestra retrospectiva.
