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Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre

  • Arte
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Toulouse-Lautrec
© Toulouse-Lautrec
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3 de 5 estrellas

En los últimos compases del siglo XIX, Montmartre pasó de ser un lugar marginal y empobrecido de París, a convertirse en el lugar donde vivían, creaban y se divertían artistas, escritores y bohemios. Podríamos decir que todo comenzó en 1881 con Le Chat Noir, el cabaret que fundó Rodolphe Salis. Los espectáculos representados y el grupo de Les Arts Incohérents, que se reían de la pomposidad y la hipocresía burguesa, atrajeron a la vanguardia al barrio de calles estrechas y empinadas.

'Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre' toma la figura del artista de la noche como punto de partida para acercarse al arte francés moderno de finales del mil ochocientos. Es el momento en el que el dibujo deja de ser un simple paso preparatorio y se convierte en un arte independiente, y proliferan producciones efímeras en papel, como carteles, ilustraciones de libros y revistas, estampaciones, diseños de partituras...

Con una museografía espectacular –cortinas aterciopeladas, portales de madera, lámparas de lágrimas, adoquines proyectados en el suelo y paredes rojas–, las salas de CaixaForum nos transportan 130 años atrás, entre bailarinas, humo y vasos de absenta. La inmersión es completa: suena el 'Can-Can' a todo trapo, también 'Le chat noir' de Aristide Bruant.

A partir de más de 300 obras de una veintena de artistas, la exposición se propone contextualizar la agitada vida e intensa trayectoria de Lautrec. Se exponen algunos de sus dibujos más emblemáticos –'Divan japonés','Troupe de Mademoiselle Eglantine' y 'Moulin rouge: La Goulue'– con obras de colegas como Ferdinand Bac, Hermann-Paul y Théophile Alexandre Steinlen, así como de Louis Legrand, Charles Maurin y Vincent Van Gogh, entre otros.

En este periodo, mucho más que el barrio de burdeles, teatros y salas de conciertos, Montmartre es un estado de ánimo, un polo de efervescencia artística que nos anticipa todo lo que está por llegar con el inicio del nuevo siglo.

Escrito por
Aina Mercader

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