Los New York Dolls, que en 2007 tocaron en la celebración de los 25 años de la sala, dijeron que el Sidecar era o bien como el icónico CBGB neoyorquino -cuna del punk, la new wave y el postpunk-, o bien como el infierno. Viniendo de los Dolls, esto era un cumplido, claro, y es que la sala de la plaza Real de Barcelona -con paredes que si hablaran explicarían barbaridades sobre la Sexta Flota estadounidense en los años 70 y sobre muchos barceloneses en noches de fiesta- sigue siendo el templo sótano del rock en Barcelona. Y que dure. Arriba está el bar, que también programa conciertos, exposiciones, sesiones de DJs de la farándula barcelonesa y hace buenos cócteles.
Bar del Sidecar

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