[title]
El Club Natación Barcelona (CNB) fue fundado en 1907 y es uno de los símbolos del barrio de la Barceloneta y de la ciudad. El carisma y buena fama que el club ganó en los años 90 ha ido disminuyendo de forma progresiva en los últimos 10 años hasta el punto de perder el 30% de sus socios. Digamos que hace años que vive una pesadilla de la que ahora quiere salir.
Ahogado (nunca mejor dicho) por las deudas, el club acaba de firmar la cesión de la explotación de una quinta parte de sus instalaciones al grupo inversor británico Evertaas. Y cuál es esta quinta parte del club? Pues nada menos que la que fue la primera piscina cubierta de España, en el año 1922. Se trata de la zona más cercana al Hotel Vela y posiblemente la de más encanto del club (con la sala de Juntas o las majestuosas taquillas de madera). Sea como sea, Evertaas construirá un Beach Club con tres restaurantes (diseñados por Nandu Jubany), un chillout / club a una terraza con vistas al mar y una piscina de olas para los surfistas puedan practicar este deporte durante todo el año. Todo ello a cambio de 4 millones de euros, una renta de 600.000 euros al año y una inversión en las instalaciones de hasta 12 millones de euros. El grupo inversor encargará a Nikki Beach la transformación del espacio, una empresa especialista en proyectos similares en Saint Tropez, Marbella o Miami Beach.
Sí, pensáis lo mismo que yo, que esto da mucho, mucho miedo. Pero el CNB no tiene muchas alternativas: debe 11 millones de euros y el número de socios baja cada año. Aunque el proyecto atraerá principalmente a clientes extranjeros con un alto nivel adquisitivo, es un hecho que el CNB debe buscar soluciones drásticas y a corto plazo si quiere coger empuje y salir de este pozo en el que hace años entró.