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La vuelta al Born en 5 platos

Escrito por
Òscar Broc
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De acuerdo, el Born cada vez presenta más indicios de gentrificación hipsteriana, pero el barrio se resiste a renunciar a su carácter esponjoso y a su variedad gastronómica. Aún hoy, es posible dar una vuelta al mundo sin moverse del Born: de China en México, pasando por Italia y Francia, hasta llegar a Japón. Aquí tenéis la prueba: una visita por cinco recetas de diferente nacionalidad, sin movernos de este enclave de Ciutat Vella; la vuelta al Born en cinco platos.

 

Pork buns de Sagàs (Pla de Palau, 13)

Aunque en Sagàs sacan pecho cuando hablan de los embutidos de la tierra que introducen sus bocadillos cósmicos, también se les dibuja una sonrisa de satisfacción cuando los recuerdas que ya quisieran en Shanghai hacer los pork buns que hacen ellos. Son los mejores de Barcelona con una diferencia insultante. Houston, Houston, ¿cómo hacen en el planeta Sagàs este bocadillo interdimensional? Pues con pan al vapor relleno de un tocho de panceta que se deshace con solo mirarla, y acompañado de un bol con salsa picante de cacahuete y jengibre para mojar, mojar y mojar hasta el infinito porcino y más allá.

Espaguetis con salsa de tomate y albahaca de Meneghina (Tiradors, 2)

Meneghina es el restaurante italiano más sofisticado y excitante del Born. Si buscáis una cita romántica, en este rincón, escondido del bullicio, os lo pondrán todo en bandeja para que la cita termine en intercambio de fluidos. Todos los platos de pasta de Meneghina merecen medalla, especialmente los de ragú de cordero, pero la receta más sencilla y legendaria, los espaguetis con salsa de tomate natural y albahaca, les sale a un nivel de perfección muy difícil de superar. Viajaréis a Italia cada vez que sorbáis un fideo.

 

Gunkan de toro de Nakashita (Rec Comtal, 15)

El japonés más delicado, imaginativo y pequeño del Born. Cuatro mesas, barra pequeña, pero un sushi tan delicioso que contaréis los días para que sea fin de mes y os ingresen la nómina para volver a degustarlo. De todo el sushi que preparan, acudid a la sección gunkan y encontraréis una de las bombas de sabor más indescriptibles del barrio: el gunkan de toro, una salvajada con tartar de la parte más tierna del atún, vieira, nabo japonés y otras sorpresas que no os quiero desvelar. Tiene el tamaño de un dado, pero la grandiosidad del cosmos.

 

Ensalada de pulpo de L'Ànima del Vi (Vigatans, 8)

En L’Ànima del Vi saben de vino. Muchísimo. Trabajan con productos biodinámicos, naturales, de primerísima calidad; caldos artesanales, hechos sin aditivos y con el máximo respeto por la madre tierra. Su sapiencia vinícola menudo ensombrece una cocina llena de platillos de influencias francesas, que son pura magia. No dudéis en pedir la ensalada afrancesada de patata con pulpo. Parece una receta sencilla, aunque, por Dios, no sé qué demonios le echan para hcerla tan buena. Más que ensalada, un estado de ánimo.  

Tostada de cebiche de Tlaxcal (Comerç, 27) / Ostras con aguachile de Oaxaca (Pla de Palau, 19)

Si hicierais una encuesta a las papilas gustativas de mi lengua, os dirían por mayoría absoluta que el mejor cebiche de Barcelona lo hacen en Tlaxcala: el punto de acidez, la calidad del pescado, la embriagadora leche de tigre... Lo podréis disfrutar en un bol, fresquito y sabroso, o lo podréis combinar con una tostada mexicana; una opción con un punto más de picante que redimensiona la receta y la hace aún más divertida. Sublime. Por cierto, si queréis volver calentitos a la cama, rematad la jugada con una copita y unas ostras con aguachile verde en la coctelería de Oaxaca, a cinco minutos de Tlaxcal: picantes, sabrosas, imperiales, una explosión de sabor, color y sensualidad que os hará volver a casa con el vigor morcilla de Nacho Vidal. Y dicen que las ostras no son afrodisíacas..., venga va.

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