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Los mejores roscones de reyes para puristas: esencia incorrupta

Escrito por
Òscar Broc
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¿Harto de los roscones de Reyes 2.0 con efluvios de trufa venusiana? ¿Crees que hay que reivindicar el roscón de toda la vida, porque acabaremos convirtiendo este brioche enriquecido en el nuevo gin tonic? Si lo que quieres es rubricar la comida de Reyes con un roscón de la vieja escuela, de los de verdad, aquí tienes 5 pastelerías que nunca fallan a los puristas. Por cierto, el Gremio de Pasteleros dice que este año se venderán unas 590.000 unidades en Barcelona... ¡Haz el encargo ya!

Casa Vives (Sants, 74 / Rbla. Catalunya, 58)
En Sants se comen los pasteles de Casa Vives y punto. Esta veteranísima confitería lleva endulzando la existencia de los barceloneses desde tiempos victorianos. Fundada en 1895, la casa impone su herencia pastelera manteniendo intacto el factor artesanal, fabricando dulces que hacen llorar a nuestros abuelos y, por supuesto, sirviendo un roscón de Reyes de manual, perfeccionado con el transcurso de los eones, respetuoso al máximo con la receta tradicional. La pasta de brioche, el mazapán, la fruta confitada, todos los engranajes funcionan como antes. El aspecto del roscón es mundano, humilde, old school, que dirían los hipsters. No obstante, cuando le das el primer mordisco al artefacto, el viaje al pasado es inevitable. Si vas de radical, no puedes faltar: los crononautas gastronómicos más puristas siempre compran el roscón en Casa Vives.

La Colmena (Plaza de l’Àngel, 12)
Desconfiar de La Colmena en esta fase del partido me parece una temeridad. Seguramente, el roscón de la casa te sale un poco más caro que en otros lugares, pero difícilmente encontrarás una pieza tan bien cocida, equilibrada y conservadora. La leyenda sitúa el nacimiento de esta cripta de la sacarosa en 1849; sea ​​o no verdad, lo cierto es que el espacio-tiempo fluctúa cuando cruzas la puerta de este comercio ancestral. De hecho, en cuanto te metes una porción de su roscón en la boca, tu conciencia emprende un retroceso temporal que te lleva a la Barcelona de principios del siglo XX e incluso te devuelve la ilusión primigenia del día de Reyes. Las misas, en latín, y los roscones, en La Colmena.

Mauri (Provença, 241)
Abierto desde 1929. Poca broma: la Mauri lleva más de 80 años esculpiendo un roscón de Reyes que, lejos de dejarse querer por la innovación y las tendencias, resiste firme con una fórmula que respeta de forma enfermiza la esencia barcelonesa de este dulce. La base de brioche es superior, gomosa; el relleno de mazapán, impecable, de calidad; diantre, el recubrimiento de fruta confitada gusta incluso a los detractores de la fruta confitada, que hay muchos. Porque con el roscón de esta casa pasa lo mismo que con los vaqueros Levi 's: la calidad nunca pasa de moda. 

Foix de Sarrià (Major de Sarrià, 57 / Plaça de Sarrià, 12-13)
Zona pija, señorial, histórica... Tan histórica como el Foix de Sarrià, una de las pastelerías más nobles de la Barcelona adinerada. Estos no fallan nunca, y ofrecen un roscón con los mejores ingredientes posibles. El objetivo es conseguir una de las recetas más respetuosas de la geografía pastelera barcelonesa, y hacerlo con una materia prima de una calidad insuperable. El resultado es una pieza deliciosa, esponjosa y perfectamente horneada que hará que todo el mundo se chupe los dedos. Evidentemente no han pervertido la fórmula desde el Paleozoico. Tradición, calidad e inmovilismo: como Dios manda. 

Pastisseria Canal (Muntaner, 566)
La pastelería Canal es el paradigma de la tienda de dulces burguesa –es LA pastelería de Muntaner– que ha sabido evolucionar y adaptarse hacia formas más modernas (pasteles individuales, sabores tropicales y todo eso). Ahora bien, como pasa con los restaurantes de alta gama que hacen cocina tradicional, aquí tocan los pasteles de toda la vida con una finura inenarrable. Una buena prueba es su roscón de reyes, que presentan en dos versiones: la clásica rueda de mazapán con sorpresas escondidas, y el roscón de brioche con nata montada.

Pastisseria Escribà (Gran Via de les Corts Catalanes, 546)
¿Qué podemos decir de Escribà? Que es uno de los grandes pasteleros de España y de Europa. Y que más allá de las innovaciones aquí encontraremos un roscón de reyes ultraortodoxo que se presenta en tres versiones: mazapán, nata y roscón sin azúcar (este último se tiene que encargar). Podéis pedir la gloriosa rueda dulce en tres tamaños: para cuatro, seis y ocho/diez personas.

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