Cinco propuestas de otoño en la Costa Brava y en el Pirineo de Girona

Gastronomía, bienestar, contacto con la naturaleza, museos, escapadas culturales...

Som Cultura
Javi Cabrera
Time Out en colaboración con Patronat de Turisme Costa Brava Girona
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El otoño es la estación ideal, ya que arranca con buen clima pero sin el bochorno de julio, y poco a poco nos prepara para otro ritmo de vida, otra mentalidad. Es un tiempo para empezar un viaje, para redescubrir la naturaleza, para introducirse en el patrimonio de un lugar desconocido y para probar productos locales con personalidad. Si esta es la mentalidad que más os identifica y pensáis en el otoño como un tiempo de oportunidades y de exploración, estais en el lugar correcto, que es la Costa Brava y el Pirineo de Girona, y su festival de experiencias culturales Som Cultura, que este año llega a su octava edición. Si os apetece empezar a planear escapadas y actividades, os queremos inspirar con estas cinco propuestas.

1. Naturaleza, bienestar y momentos para conectar con el yo interior

Si os gusta la naturaleza y la paz interior, estais en el lugar ideal, sobre todo si os apetece pasar unos días en un balneario, donde las aguas termales os ayudarán a recuperar la energía y os harán recargar las baterías. La Costa Brava tiene muchas opciones, las podéis localizar en Cala del Pi (Sallés Hotel & Spa), en la playa de Santa Cristina de Lloret de Mar (Hotel Santa Marta), Ribes de Freser (el Hotel Rural & Spa Resguard dels Vents) o incluso en Girona capital, donde se pueden visitar las antiquísimas termas romanas, rehabilitadas como Aqva Banys Vells, para un baño reparador. También podréis hacer otras actividades complementarias, como conectar con los bosques gracias a las actividades de Aromes al Bosc o varios retiros para practicar 'mindfulness'.

2. La emoción del vino: un espacio perfecto para la enogastronomía

La enogastronomía es una actividad que temporada tras temporada mejora, se amplía y concentra todo tipo de experiencias en torno a este elixir milenario que es el vino. La Costa Brava es una zona importante en la geografía vinícola de Cataluña, con una denominación de origen –la DO Empordà–, variedades sorprendentes de uva y, sobre todo, un tejido de bodegas que ofrecen mucho más que realizar una cata y una visita guiada. Recomendamos Beu'te el museo, una iniciativa que une el mundo del vino y el patrimonio cultural conectando 12 bodegas con 12 museos. Se trata de un ciclo de visitas combinadas –arquitectura, arte, exposiciones y vino– durante los fines de semana de octubre. Se suele decir que muchas iniciativas culturales entran mejor con una copa en la mano, y ésta es una oportunidad perfecta para confirmarlo. Podéis reservar vuestras entradas en este enlace. Y es que la enogastronomía en la Costa Brava es mucho más que el vino: es la experiencia de probarlo y compartirlo con la cultura y, también, en parajes naturales a los que podemos llegar haciendo una ruta de senderismo, en bicicleta o en barca.

3. Girona ciudad: un paraíso 'foodie'

Si sois 'foodies', estáis en el lugar ideal. La zona de la Costa Brava y el Pirineo de Girona es un espacio repleto de restaurantes con las mejores acreditaciones –hay 13 con estrellas Michelin que suman un total de 18–, y más concretamente los encontraréis en Girona, un paraíso para quienes gustan de cuidar el paladar. Por ejemplo, tenéis el restaurante Terram, que propone una cocina creativa, honesta –es decir, a partir de producto cercano, de calidad– y sabrosa, que busca reinventar la tradición. O Divinum, que también trabaja con materiales de primera, ideas de alta cocina y el estrecho maridaje entre el producto cocinado y los mejores vinos de su bodega.

4. Gastronomía local: un festival paralelo de sabores intensos

La Costa Brava y el Pirineo de Girona abundan en productos locales con mucha historia y prestigio, como los platos de mar y montaña, la manzana de Girona, las castañas o licores como la ratafía. El marisco y el pescado son soberbios, los embutidos tienen una calidad enorme... Por ejemplo, hay que degustar los quesos de la zona, y la quesera de Mas el Mir propone menús muy especiales. También podéis planear una escapada de oleoturismo, una actividad que tratan como nadie en Can Barrull. Y, por último, no hay gastronomía local sin el marisco y el arroz. El arroz de Pals es la joya de la zona, y lo podréis disfrutar en Es Portal, un hotel-boutique con todas las comodidades.

5. Teatro, museos, música: la cultura no se detiene

Es importante cuidar el cuerpo, pero no menos importante es cultivar también el espíritu y alimentar la mente, así que, además de la gastronomía y el reposo, el festival Som Cultura es una gran propuesta para quienes queráis sentir una manifestación creativa del ingenio humano en forma de teatro, arte plástico o música. Destacamos tres actividades. La primera: un recorrido nocturno por el cementerio de Figueres en compañía de Narcís Bardalet. También la 'Verema de fil i vinya de pedra' [Vendimia de hilo y viña de piedra]: una cata en la catedral de Girona el día 4 de noviembre. Por último, Els museus surten al carrer [Los museos salen a la calle], este año en Palamós el día 19 de noviembre. Y si no es suficiente, una de las citas importantes de la temporada de escenarios en la Costa Brava es el festival Temporada Alta, una institución del teatro en todas sus vertientes que este año presenta una programación muy destacada.

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