Vril surgió de la nada y hacía un ruido tan bonito que Marcel Dettmann lo seleccionó para el recopilatorio Conducted del sello Ostgut. Su sonido es un movimiento constante que explora energías inagotables: su groove atrapa. Sus sesiones en el Fusion Festival o el Berghain tienen en común que son viajes eufóricos y energéticos a través del sonido. Su LP de debut, Torus, de 2014, fue muy bien recibido.