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Paco Mir

Entrevista a Paco Mir

Dirige a Ricard Borràs y Pep Ferrer en La banqueta

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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Paco Mir, mítico integrante de Tricicle con más de 30 años de experiencia a sus espaldas, dirige a Ricard Borràs y Pep Ferrer en 'La banqueta', del dramaturgo francés Gérald Sibleyras. Volaremos hasta el centro de los Alpes italianos, donde un dúo de pianistas de renombre se han refugiado para ensayar la próxima gira. Eso si antes no se matan el uno al otro.

Sibleyras, el autor de 'La banqueta', es un autor reconocido en Francia, pero aquí sabemos muy poco de él. ¿Por qué era necesario hacer esta obra?
Es un texto que enseguida gusta. Nos muestra la relación entre dos personajes que no dejan de ser dos clowns que se intercambian constantemente los papeles de dominador y dominado. Este juego de fuerzas y de poder es muy divertido. Y después, está el hecho que la relación entre estos dos músicos es extrapolable a cualquier relación de pareja. De hecho, yo que hace 30 años que trabajo con la misma gente, conozco estos problemas.

Aunque lo que veremos en el Teatre Poliorama es una adaptación del texto.
Hemos querido revisarlo con una mirada más gamberra. Más nuestra. El humor francés tiene un punto estirado, y nosotros buscábamos una recepción más directa. Cuando se trata de humor, todo lo que no facilite entender la historia con fluidez te distancia. Por eso también hemos adaptado las referencias culturales a nuestro entorno. Y también el final, que era demasiado surrealista. Hemos escrito uno que es menos onírico y más posible.

¿Cómo son Pau (Ferrer) y Vladimir (Borràs), los protagonistas?
Dos puntos de vista respecto a la vida. Pau tiene los pies en la tierra y se limita a disfrutar, mientras que Vladimir es un insatisfecho vital que siempre le busca los tres pies al gato. Aunque los roles siempre cambian... especialmente hacia el final.

¿Qué dificultades presenta la puesta en escena de la obra?
Bien, este intercambio constante de roles entre los personajes es una de las dificultades. Después, no puedo negar que para mí esta obra representa un pequeño reto, que consiste en exprimir un texto que, a pesar de decir mucho, no facilita demasiado las acciones. Mayoritariamente he dirigido obras con muchos actores y movimiento. Y la acción siempre facilita el ritmo. De repente, con 'La banqueta' me he encontrado con dos pianistas sin piano y una banqueta. No hacen nada, y la gracia es esta. Que no hacen lo que han venido a hacer. Y a pesar de eso, teniendo en cuenta que aparentemente no pasa nada, no dejan de pasar cosas. Ante este tipo de situación cercana a 'Esperando a Godot', me he tenido que buscar la vida.

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