Manu Badenes: Histeria de lo nuestro

Desde la antigüedad se estudia la risa. De sus beneficios físicos y psicológicos y de su poder para hacer libres a los seres humanos, hay documentación abundante. Pero de qué nos reímos? Si hacemos caso al gran número de actores (humoristas y monologuistas en la cartelera), lo que distingue unos de otros es la manera de hacer. Su bis cómica, la manera de colocar los chistes, que siempre hay, y el juego con el público. Tal como está el patio, la risa hace más falta que nunca, pero cada vez que veo un actor / humorista montarse su película para entretener durante una hora y media a sus espectadores, me pregunto por qué ese humor deja de lado la transgresión más allá de algunas alusiones a la actualidad o burlas a ciertos personajes públicos.

Manu Badenes ha estrenado en La Villarroel un espectáculo bajo la idea de un viaje en el tiempo que hace en una nevera mecanotrónica que ha inventado, y suma unos vídeos sobre estos viajes, de la antigüedad al siglo XX. Es un espectáculo trabajado que cae a menudo en los lugares comunes, siempre las mujeres y el sexo, y con historias tan recurrentes como una llamada a un operador de telefonía o las vicisitudes de un viaje con aerolínea low cost. Badenes es un actor con buenas maneras y fuerza empatía, pero en falla el texto y la dirección. De todo lo que dice me quedo con esta frase: "Ellos hacen la trampa y luego hacen la ley". Este es el hilo del humor que da miedo a los que manejan el cotarro, un humor que reivindica el derecho a la insolencia, a la burla de todo, desde el presidente y los ministros, hasta el Papa, el ejército o los símbolos nacionales. Claro que si lo hace, le dirán terrorista