Deuvedés

Diez años de experiencia y 8.000 títulos les avalan. En las repisas de Deuvedés, el videoclub de los Mishima Dani Vega y Alfons Serra, esperan para ser alquilados títulos de cine británico, francés, oriental, clásicos de Hollywood de los 70 y 80, superproducciones y pelis que sólo han visto en festivales, pero también comedias indie, documentales, series y cine infantil. "Somos el último bastión del barrio para ayudar a elegir a la gente que quizás no lee la sección de cultura de los periódicos", dice Vega. Reconocen que nadan a contracorriente, porque se enfrentan a la cultura de la piratería, pero a favor tienen una clientela fiel a mas de amigos que los apoyan, como el guionista Dimas Rodriguez, que prepara un nuevo corto Save Deuvedes, y la ilustradora Paula Bonet. No son un videoclub al uso ni por los precios (1,50 euros por 72 horas de alquiler) ni por las actividades que proponen: en marzo ponen en marcha un ciclo de conversaciones cinematográficas y Sara Fontan, la violinista de Manos de Topo, será la encargada inaugurarse con una reflexión sobre las conexiones entre cine, música y arquitectura .