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  1. Cronut (Precio: 2 €)
    Precio: 2 €

    El pastelero francés residente en Nueva York, Dominique Ansel, ha reventado la demanda y las redes sociales con esta pasta que mezcla la masa del cruasán de mantequilla y la forma de la rosquilla. El ínclito pastelero limita su producción a cien al día, “para asegurar la calidad”. De momento, ha sido la cadena de panaderías de gama alta Santagloria quien ha tenido el buen ojo de producirlo en cadena: de momento hornean cien unidades al día, con coberturas de todo tipo. ¿Invento revolucionario o tongo? Hombre, producido con los estándares de calidad de hoy en día se deja comer bastante bien: en realidad es una variante redonda y decorada del xuixo. Preocupémonos cuando nos invadan los anuncios de ‘tres cronuts a 1 €’.

    SANTAGLORIA
    Muntaner, 440.

  2. Yogur helado ecológico (Precio: 3,50 €)
    Precio: 3,50 €

    Las buenas ideas son la herramienta que modela la realidad. Sí, es una frase bastante cursi, pero cierto: una pequeña buena idea, como los pequeños cambios del Capità Enciam, puede ser muy poderosa. Y la que tuvo el ingeniero industrial Jordi Riera en el 2011, la de fundar una heladería con producto ecológico, lo es. Hasta el punto que ha inaugurado el tercer establecimiento, esta vez en Mataró. El repertorio es el mismo que en Barcelona: helados elaborados con leche fresca de vaca o cabra y fruta, horchata fresca, yogur fresco helado –con leche de vaca o cabra y frutas naturales– con topping de frutas… Todo escrupulosamente certificado por el Consell Català de la Producció Agrària Ecològica. Y atentos, que Bodevici anuncia el inicio de la expansión de las franquicias. Si a alguien le sobran ahorros, ya sabe.

    Bodevici
    Sant Crístófol, 12 (Mataró)

  3. Capricho de yogur (Precio: 2,50 €)
    Precio: 2,50 €

    No hace mucho que saltó una noticia que rompió esquemas y que nos puso los pelos como escarpias: una de las valientes y atrevidas medidas del gobierno de España para luchar contra la crisis será convertir la fecha de caducidad de un yogur en puramente orientativa. Es decir, que nuestros sentidos tendrán que decidir por el aspecto y el sabor si nos lo comemos o no. Eso sí, esta medida no hace falta que se aplique a los yogures Pastoret: acaban de inaugurar una línea de yogures, los Capricis, que son tan buenos que no llegarán vivos a la fecha de caducidad. Compararlos con un yogur mainstream es indecente: hechos con leche fresca e ingredientes naturales de calidad, la diferencia salta a la vista y al paladar. Nos quedamos con el de naranja y chocolate, yogur griego con una delicada mermelada con trocitos de naranja y una capa de chocolate negro.

    El Club del Gurmet
    Pl. Catalunya, 14 (El Corte Inglés)

  4. Cabaña de chocolate (Precio: 2,50 €)
    Precio: 2,50 €

    El gran reto de una pastelería céntrica barcelonesa es que, a pesar de estar en el punto de mira del maremoto turístico, sepa mantener su personalidad y calidad. De esto saben mucho en La Colmena, más céntrica que nadie. Su espléndido escaparate modernista es un faro de cosas buenas: hasta 28 tipos de pasta seca diferente exhibidas de manera casi lujuriosa, buena briochería y mejores pasteles. Por no hablar de sus clásicos caramelos de miel, claro. Últimamente una reciente especialidad de la casa causa furor: la cabaña de chocolate. Se trata de un triángulo de bizcocho, delimitado por un bonito techo de chocolate. Después de 150 años trabajando, este punto cardinal del dulce tiene la continuidad garantizada: la última generación está en el mostrador (Sílvia Roig) y en el obrador (Toni Roig).

    La Colmena
    Plaza del Àngel, 12
    T. 93 315 13 56

  5. Selva Negra (Precio: 25 €)
    Precio: 25 €

    La foto ya os dará pistas de que estamos delante de un clásico de la pastelería alemana renovado. El Selva negra de La Pastisseria –el espacio que Josep Maria Rodríguez Guerola tiene en la calle Aragó, a la altura de la plaza Letamendi– no se parece al ordinario pastel con cobertura de nata recubierta de virutas de chocolate y coronado con cerezas, pero conserva el espíritu. Las cerezas están a la vista, sí, pero en versión estilizada –de hecho, en la forma del logotipo de La Pastisseria: no extraña que Guerola se formara con Oriol Balaguer. Y también están escondidos el bizcocho de base –un Sacher, el otro clásico de la repostería germánica– convertidas en confitura de griottes, es decir, de guindas. La cobertura de nata se convierte en una ligera y esponjosa mousse de nata y vainilla, que no empalaga. Y no se han olvidado de las virutas de chocolate negro: están en el interior.

    La pastisseria
    Aragó, 228.

  6. Coca explosiva (Precio: 9,90 € (250 gr.))
    Precio: 9,90 € (250 gr.)

    La mayoría de las veces, cuando un pastelero introduce alguna novedad abracadabrante en el dulce tradicional, lo que hace es subir exponencialmente su precio. No es el caso que nos ocupa: la panadería Santagloria estas fiestas de San Juan ha presentado una variación muy divertida de la coca que conocemos. Estamos hablando de una coca de brioche tierno recubierto de chocolate blanco, con chocolate negro rallado y una sorpresa: explota en la boca. No lleva pólvora, sino el clásico caramelo carbonatado (peta-zeta para los amigos) que hace pequeños estallidos bucales. Eso sí, va recubierto de un rebozado de arroz de chocolate. La oferta explosiva no se acaba aquí: con la compra de la coca se adjuntaba una bengala.

    Santagloria
    Muntaner, 440. T. 93 201 48 05

  7. Flan Normando (Precio: 2,60 €)
    Precio: 2,60 €

    Algo llama la atención a los transeúntes que pasean por la calle Pujades. Es el escaparate de la panadería Cruixent, donde grandes y pequeños se detienen para ver cómo Josep Antoni Ribes, el propietario del horno, hace todo tipo de pastas que hacen la boca agua. Una vez dentro de la panadería uno de los dulces sobresale de entre el resto, es el flan normando. Una tartaleta de manzana rodeada de almendras fileteadas. Este exquisito pastel se puede comer frío o caliente acompañado con helado de vainilla. Aquí todo se hace en casa, desde la masa hasta el horneado. En la panadería Cruixent se trabaja para innovar y se explica a los curiosos todo lo que quieren sobre el pan y los dulces. Por eso organizan cursos, tanto para niños como para adultos, donde enseñan cómo se tiene que comer el pan y cómo se hace.

    Forn Cruixent
    Pujades,173

  8. Rocas de merengue (Precio: 1,80 €)
    Precio: 1,80 €

    Toca celebrar y certificar el servicio de una pastelería de barrio al cien por cien. De esas que no destacan en creatividad pero que cumplen una “función institucional”, como explica su propietario, Xavier Fículs. Él es la segunda generación de una pastelería que abrió en 1935 y que ha mantenido siempre el mismo mostrador modernista y marmóreo. Hacen de todo un poco y muy bien, a unos precios bastante más razonables que la competencia cercana: pasta seca, sacher, massini, briochería, las anacrónicas “tortillas de la salida de misa” y esta roca: una pelota de merengue, azúcar y avellana, que empezó a hacer su padre y que él siguió haciendo, por simple tradición. Es triste, pero con esta inercia se acabará todo en la parte media de la calle Aribau: Fículs asumió el negocio en 1976 y cuando se jubile, en breve, nadie lo sucederá.

    Pastisseria Fículs
    Aribau, 139

Los mejores dulces de la ciudad

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Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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