Jacques Demy. Francia, RFA, 1964. VOSC. 87'.
Primera película íntegramente musical de Demy, concebida como una ópera cinematográfica para ser contemplada en una gran pantalla. Un ejercicio de estilo, un ensayo arriesgadísimo en el que el cineasta trabajó con el músico Michel Legrand, y un auténtico clásico del cine más allá de cualquier clasificación. Un melodrama realizado sin miedo a caer en el ridículo.