Dietari del pic de l'estiu

Instalado en el 'perpetuum mobile' de la paradoja, reventador de toda coherencia, Carles Hac Mor se ha convertido, quiera o no, en el patriarca de la antipoesía. 'Rara avis' absoluta del panorama poético catalán, su obra tiene un peso de mucho kilos, con libros tan desconcertantes y trastocadotes como 'S'ha rebentat l'hospici' y 'Despintura del jo'. Es una escritura pletórica de juego y llamada a la desobediencia, donde el sentido está en pocas dosis y en ninguna parte, reinventado, defenestrado, exaltado, sorprendido de perderse y encontrarse donde menos se lo espera. Trabaja la lengua como quien pela pipas, sus textos son como aquellas cintas de vídeo para limpiar cabezales: leer a Hac Mor no es leer poesía, es participar de una revuelta, es aprender y desaprender qué quiere decir 'subrayar', 'mandarlo todo a la mierda' y 'reírse a carcajadas'. Hac Mor es bufón y rey a la vez, y esto quedó patente durante la entrega del premio de poesía Jocs Florals de Barcelona 2012, cuando ofreció un memorable discurso de aceptación que empezaba esgrimiendo la idea de que "todo el mundo es poeta y artista (no que todo el mundo puede serlo, sino que lo es) y que todo, cualquier cosa, es poesía y arte " y que acababa así: "Hace poco una chica me dijo: esto de la parapemia no lo acabo de entender, pero me anima, porque suena a trompeta. Y me pareció que una buena infradefinición de parapemia era esta: pa-ra-pa-pá". 'Dietari' es zumo de Hac Mor concentrado, de las mejores cosechas, que nos lleva a pasar, alegre, por los marjales del significado: "Per què? No tot pot ser contestat / i no pas tot mereix una resposta".