1. Cremallera y Funiculares de Montserrat


Este año se celebra el Milenario de Montserrat, una fecha irrepetible e importante en la historia cultural de Cataluña. Montserrat no solo es una sierra con una forma singular y un conjunto de rutas naturales de gran valor para los aficionados al senderismo, también es arquitectura, religión, espiritualidad y un centro de cultura universal que vale la pena visitar. Evidentemente, a Montserrat se puede llegar de muchas maneras, pero la mejor es utilizando la combinación del tren Cremallera y los Funiculares, con los que se puede sentir el vértigo de la subida. En el caso del Cremallera, que es el primer tren, en total son 600 metros de desnivel y cinco kilómetros de trayecto, pero de una intensidad que siempre resulta memorable. Una vez se llega al Santuario, se puede continuar la visita a pie, o descubrir Montserrat desde otras perspectivas. El Funicular de Sant Joan sube 500 metros más –y permite observar Montserrat y sus alrededores desde miradores a 1000 metros de altitud–, mientras que el Funicular de la Santa Cova os llevará a la cueva mística de la montaña, donde según la leyenda unos pastores encontraron a la Virgen.