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© Justícia. Generalitat de Catalunya

Los 8 espacios más curiosos de La Modelo

La antigua prisión ha abierto puertas con una exposición que ofrece una experiencia efímera, porque a partir del próximo año todo se modificará y ya nada será nunca igual. Os proponemos 8 espacios que ¡hay que conocer antes!

Time Out en colaboración con la Generalitat de Catalunya
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Inaugurada el 9 de junio de 1904 y cerrada definitivamente el 8 de junio de este 2017, La Modelo es todo un símbolo del Eixample barcelonés y define, en gran medida, la historia de esta ciudad. Con la apertura y la exposición actual se ha intentado mantener los espacios tal y como han estado en funcionamiento a lo largo de sus 113 años de historia. Elementos que dan una visión de conjunto y que, al visitarlos, explican por sí mismos un gran número de vivencias personales. Vale la pena verlo tal como era en esencia, porque a partir de diciembre, cuando la Generalitat haga entrega de las llaves del edificio al Ayuntamiento, el espacio se cerrará y se transformará con nuevos usos, que todavía hay que definir. La visita es gratuita y hay que reservar hora y darse prisa, ¡porque la demanda está superando todas las expectativas!

El locutorio

Es el espacio más conocido de todas las prisiones, el lugar de contacto entre los internos y los familiares y amigos. Un espacio de aquellos que todos hemos visto en las películas y que parecen de lo más cotidiano, pero que al entrar se vive con mucha tensión... Hoy en día la visita comienza en el patio y, justo pasar la primera cancela, introduce al visitante en esta sala. Era el trámite que había que pasar si se quería visitar a alguien de dentro. Para los internos, el reglamento autorizaba dos encuentros semanales de 20 minutos. En el caso de las visitas de los abogados o jueces, así como en los Vis a Vis íntimos, los externos eran conducidos hasta una salas anexas donde se llevaba al interno.

 

El control de acceso
© Maria Dias

El control de acceso

Superada la primera cancela y el locutorio, para entrar dentro de la prisión todavía había que pasar dos cancelas más y un control de acceso, donde los funcionarios verificaban los datos de los internos. La sensación de reclusión se intensifica con el sonido del cierre de las puertas a las espaldas de los visitantes a medida que se entra.

 

El panóptico central

El diseño de La Modelo, obra de los arquitectos Salvador Vinyals Sabaté y Josep Domènech y Estapà, sigue un estilo racionalista. Dispone de seis galerías radiales, cada una con celdas y patios individuales, alrededor de un panóptico central donde había el centro de control. Desde allí se podía tener bien vigilados a todos los internos, tanto en las seis galerías como en los patios correspondientes. El espacio, de gran altura, con diferentes plantas y con grandes columnas de hierro forjado, es el epicentro de la prisión.

 

La 4ª Galería
© Maria Dias

La 4ª Galería

Cada galería estaba destinada a una tipología concreta y definida de presos, que fue cambiando a lo largo de los años. En su última etapa, la 1ª Galería era el destino de quienes internaban por primera vez en un centro penitenciario, los que no tenían experiencia previa en la prisión. Por el contrario, la 6ª Galería estaba destinada a los presos más peligrosos. Y todas y cada una de ellas era un microuniverso. La que se puede visitar y que se muestra tal y como se encontraba en el momento de su cierre es la 4ª Galería. Permite sentir la sensación diaria de la vida en las celdas y muestra detalles de lo más sorprendentes. Por ejemplo, hay un panel informativo donde todavía se pueden ver carteles con los horarios de los internos, instrucciones de cómo hay que solicitar un Vis a Vis y muchas otras informaciones prácticas para el recluso.

 

La Capilla Gitana

Uno de los presos que más huella dejó en la prisión durante su estancia fue el artista andaluz Helios Gómez (1905-1956). Cartelista de vanguardia, instalado en Barcelona desde joven, fue a parar a La Modelo por cuestiones políticas, ya que era comunista y durante la guerra civil había sido militante anarquista. Una de las celdas de la exposición ubicada en la 5ª Galería le rinde homenaje. Su primera estancia, de 1945 a 1946, fue a causa de haber fundado el grupo Liberación Nacional Republicana. La segunda, de 1948 a 1954, por asociación y propaganda ilegal. Fue durante esta última estancia que se dedicó a llenar de frescos una celda de la 4ª Galería –donde entonces estaban los condenados a muerte–, convirtiéndola en lo que se ha conocido como la Capilla Gitana. La propuesta fue del capellán mercedario de La Modelo; Helios Gómez acceptó hacerla, pero a cambio plasmó a la Virgen y al niño Jesús con rasgos gitanos. Hoy en día, todavía no sabemos si se podrán recuperar estas obras de arte, porque la celda fue blanqueada en la década de 1990.

 

El Patio de Deportes

De todos los patios que hay en La Modelo, el único que deja el cielo al descubierto, sin enrejado que lo tape parcialmente, es el Patio de Deportes. Actualmente, a raíz de la exposición, este espacio acoge una instalación que propone un juego de miradas. Se trata de un cubo que conforma una especie de celda, forrada en el exterior con espejos y con un diaporama interior donde se proyectan imágenes del entorno de La Modelo desde sus orígenes hasta la actualidad. Así se busca crear dos sensaciones contradictorias: en el exterior, la de tener la sensación de estar encerrado, al verse reflejado dentro de la prisión. Y, en el interior, la de sentirse fuera del edificio, contemplando un paisaje que mutó desde ser un campo de extrarradio hasta convertirse en uno de los barrios con más vecinos del Eixample.

 

La Paquetería
© Maria Dias

La Paquetería

Cuando La Modelo abrió, las ejecuciones, que antes se hacían en la antigua prisión de Reina Amàlia, dejaron de ser públicas. Dentro del nuevo recinto penitenciario, la primera ejecución tuvo lugar el 8 de agosto de 1908 y el condenado a muerte fue Joan Rull i Queraló, un anarquista y confidente policial. La última ejecución fue la de Salvador Puig Antich, militante de El Movimiento Ibérico de Liberación, el 2 de marzo de 1974. El lugar escogido para llevar a cabo esta pena de muerte fue la Paquetería, junto al patio de acceso a La Modelo desde la calle de Entença. En la visita a público que se ofrece ahora, nada más entrar se pasa junto a este espacio. Aunque no es hasta el final del trayecto que el espectador se adentra en su cruda realidad.

 

Las garitas exteriores

El exterior de La Modelo también tiene toda una historia. El edificio está delimitado entre cuatro calles del Eixample por unas grandes murallas con torres y garitas de vigilancia. Un camino de ronda entre la muralla exterior y la interior facilita el acceso de los agentes de los Mossos d'Esquadra que vigilaban el perímetro día y noche. Los cuatro lados, por las calles de Entença, de Provença, de Nicaragua y del Rosselló, fueron, durante los años que permaneció abierta la prisión, punto de encuentro de familiares y amigos de los internos, que intentaban comunicarse con el interior para transmitir algún mensaje.

 

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