21 curiosidades de 'La primavera' de Stravinsky

La obra se representó por primera vez ante el público el 29 de mayo de 1913 en el Théatre des Champs-Élysées de París.

Tras el espectacular éxito de 'El pájaro de fuego' y de 'Petrushka', la nueva pieza de Stravinsky se esperaba con mucha expectación e impaciencia.

Aunque al cabo de los años la obra se representó en formato concierto, su estreno se hizo como una obra de ballet, con una coreografía que recreaba un ritual pagano inspirado en danzas antiguas eslovenas. Fue la primera vez en la historia en que nacieron de forma simultánea la creación musical y la coreográfica.

La primera representación de 'La consagración de la primavera' fue el resultado del trabajo conjunto de tres grandes figuras. Igor Stravinsky fue el compositor de la partitura; Vaslav Nijinsky fue el encargado de idear la coreografía; y los bailarines de la compañía Ballets Rusos de Serguéi Diáguilev fueron quienes la representaron.

La obra consta de dos partes. La primera, llamada 'La adoración de la tierra', nos hace vibrar con una música excitante de melodías lituanas que representan las danzas que se celebran durante la pubertad, el exorcismo de invierno y la lucha. La segunda parte, llamada 'El sacrificio', oscila entre la debilidad y la violencia, con una música misteriosa y tenebrosa a ritmos abruptos y rápidos.

La partitura de Stravinsky fue fruto de una extensa recopilación de melodías de rituales paganos relacionados con la primavera, canciones folclóricas rusas y canciones nupciales lituanas. Una amplia investigación que dio como resultado una fusión única y excepcional de sonidos nacionales y modernos, con rasgos folklóricos y vanguardistas.

La obra fue rompedora, entre otras muchas características, por estar formada de un lenguaje musical único, con ritmos sincopados e irregulares, y con un conflicto constante entre las melodías simples del folk ruso y la violenta percusión.

Acostumbrados a la estética del Romanticismo, el público que presenció el estreno de la obra se dividió en dos: aquellos que se habían enamorado del carácter rompedor de la obra y aquellos que la rechazaron por completo. Entre gritos y aplausos que tapaban la música, Stravinsky, Nijinsky y Diáguilev tuvieron que huir del teatro por la puerta trasera.

Debido a la gran polémica que provocó su estreno, la obra fue eliminada del repertorio de la compañía Ballets Rusos hasta el 1920. Estuvo 7 años sin representarse.

A pesar del escándalo inicial, a lo largo de los años la partitura de Stravinsky se convirtió en un reto para músicos y atrajo numerosos coreógrafos, desde Léonide Massine hasta Martha Graham, pasando por el reconocido Maurice Béjart hasta Pina Bausch. Sin embargo, nadie nunca más ha sido capaz de conmover con la fuerza de Nijinsky y su propuesta.

Uno de los factores de éxito de la musicalidad de la obra fue la perfecta combinación de una partitura salvaje y de actitud antirromántica con una sonoridad precisa y clara. Además, el desarrollo de instrumentos de viento-madera y viento-metal, y la poca presencia de instrumentos de cuerda también fueron dos peculiaridades que hicieron de esta musicalidad una obra única.

Stravinsky en esta obra fue uno de los pioneros en desarrollar el recurso 'ostinato': células rítmicas repetitivas que se expanden y se contraen. Una propulsión incesante que ayuda a dar el alarmismo y primitivismo que caracteriza la obra.

'La consagración de la primavera' es considerada un momento decisivo en la historia de la música por tres motivos. Primero, el solo del fagot de los primeros compases ha sido considerado por estudiosos como el inicio a la música del siglo XX. Segundo, con esta obra el concepto romántico de 'belleza' se rompe y ya no hubo espacio para el sentimentalismo. Tercero, con esta obra Stravinsky renueva la concepción del arte del teatro, atribuyendo a la danza una función orgánica, no sólo decorativa. Stravinsky se negó a concebir su obra como una obra de arte convencional.

Desde siempre, y aún más con esta obra, Stravinsky creyó que las convenciones eran un obstáculo para reconocer la autenticidad. Con 'La consagración de la primavera' quiso romper con los antiguos esquemas musicales para deformarlos y crear otros de nuevos. Buscaba nuevas sonoridades que garantizaran una visión auténtica de las cosas. La obra supuso la cima de la etapa de primitivismo del compositor, comenzada años atrás con sus primeros ballets.

La influencia de la obra se ha podido ver en numerosas ocasiones en el cine. En 1940, Walt Disney estrenó 'Fantasía', un filme de dibujos animados en el que se añadían historias y personajes imaginativos a varias piezas musicales, entre las que podemos encontrar la obra de Stravinsky. Por otra parte, John Williams, en el tema del mar de dunas de Tatooine de 'Star Wars' también se dejó influenciar por la fuerza y singularidad del compositor ruso. Y en 'Outland', el clásico de ciencia ficción de Peter Hyams, también se pueden encontrar citas de la partitura de Stravinsky de la mano del compositor de la banda sonora Jerry Goldsmith.

A lo largo de su vida, Stravinsky mostró un enorme interés por la literatura, el arte y la danza. De su curiosidad nacieron grandes colaboraciones con escritores, artistas y coreógrafos contemporáneos.

Miembro de la élite de San Petersburgo e importante mecenas de las artes, Diáguilev promovió el arte visual y musical de Rusia en el extranjero, especialmente en París. Fundó la compañía Ballets Rusos, por donde pasaron estrellas del ballet como George Balanchine, Tamara Karsávina, Ola Jojlova, Bronislava Nijinska y Vaslav Nijinsky entre otros. Diáguilev encargó música para ballet a compositores de alto nivel como Debussy, Ravel, Satie, Strauss y Prokofiev, pero el compositor con quien más colaboró fue Stravinsky. Tras escuchar sus obras, Diáguilev quedó impresionado y colaboró con 'El pájaro de fuego' y 'Petrushka'.

Comenzó como bailarín y al poco tiempo, con el apoyo de Diáguilev, comenzó a trabajar como coreógrafo. Nijinsky creó movimientos revolucionarios, alejándose de los tradicionales movimientos fluidos del ballet de la época. Con una coreografía de movimientos angulares radicales, primitivos, combinados con matices de gran carga sexual, el ballet de Nijinsky escandalizó al público del Théatre des Champs-Élysées cuando se estrenó 'La consagración de la primavera'.

Stravinsky y Picasso se intercambiaron pequeñas piezas de arte a lo largo de sus carreras artísticas. Stravinsky exploró ideas cubistas en un contexto musical, cortando y desgranando la música, y compuso una pieza para clarinete que pretendía captar la esencia de su amigo cubista. Picasso, en cambio, intentó ilustrar la partitura de Stravinsky de 'Ragtime' y después llegó al ballet 'Pulcinella', de donde diseñó el vestuario y los decorados.

El artista francés dedicó a Stravinsky una ilustración que representaba el compositor tocando 'La consagración de la primavera' al piano. Además, también editó el libro para 'Edipo rey', una ópera-oratorio que contaba con la música de Stravinsky.

El saxofonista y compositor estadounidense de jazz, Charlie Parker, en más de una ocasión incluyó en sus solos fragmentos adaptados de 'La consagración de la primavera' y destacó que se sentía identificado con el lenguaje del compositor ruso.