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Un ballo in maschera
(c) Gran Teatro del Liceo

5 motivos para no perderse 'Un ballo in maschera' en el Liceo

Intrigas y asesinatos, un toque sobrenatural, voces impresionantes, una producción elegante y oscura, una de las mejores partituras de Verdi... Si no vas a ver esta ópera, no sabes lo que te pierdes

Time Out en colaboración con el Gran Teatre del Liceu
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Alejémonos tanto como podamos del tópico de que la ópera es difícil, elitista, pesada y aburrida. ¡Tonterías! La ópera es un mundo fascinante donde confluyen pasión y elegancia, el teatro más rico en sensaciones escénicas y la música más excelsa. Y pocos compositores lograron sintetizar todos estos elementos en obras inmortales como Giuseppe Verdi. Verdi es la ópera, y entre sus muchas obras principales cabe destacar ‘Un ballo in maschera’ (1859), escrita durante su etapa de madurez plena y que es uno de los productos más completos del gran repertorio operístico. Te animamos a ir al Liceo a verla y escucharla, la garantía de satisfacción es enorme y ahora te contamos por qué. Si te animas, estará en cartel del 7 al 29 de octubre.

5 motivos para no perderse 'Un ballo in maschera' en el Liceu

1. Las mejores voces del momento

El papel de Riccardo está escrito para voz de tenor, y en Barcelona lo cantará Piotr Beczala. La última vez que Beczala cantó en el Liceo, en la ópera ‘Werther’, sonó un grito desde el corazón de la platea que nos representa a todos: ‘¡eres el mejor del mundo!’, exclamó un fan. Ciertamente, Beczala es uno de los mejores tenores de su generación, el papel de Riccardo –poderoso, con momentos dramáticos y muchos dos de pecho que acentúan su carácter regio y heroico– están hechos por voces como la suya. En el papel de Amelia, soprano, tendremos a Keri Alema, que debuta en el Liceo, y el de Renato es el impresionante barítono malagueño Carlos Álvarez. La pitonisa, Ulrica, la cantará la veterana contralto Dolora Zajick, una voz muy apreciada por los habituales en el Liceo. Son algunas de las mejores voces del momento.

2. Vestuario e iluminaciones fascinantes

La producción que llega al Liceo es la de Vincent Boussard, que la pasada temporada ya dirigió una de las obras más apreciadas de Bellini, ‘I Capuleti e I Montecchi’. El estilo de Boussard es opulento: escenarios con un gran equilibrio entre el espacio vacío y la decoración detallada, con muchos juegos de luz que, en este caso, se traducen en un claroscuro muy bien encontrado. Últimamente, Boussard ha trabajado mucho con el diseñador Christian Lacroix, uno de los mitos de la moda y la alta costura en los años 80 y 90, ahora reconvertido en responsable de vestuario para grandes óperas, y que para ‘Un ballo in maschera’ ha trabajado con un equilibrio entre ropa del siglo XVIII –gorgueras, túnicas y pelucas– y vestuario moderno en color negro.

3. Espectáculo total

‘Un ballo in maschera’ tiene varios números importantes del repertorio operístico, algunas de las mejores arias y duetos escritos por Verdi, pero a diferencia de ‘La traviata’ o ‘Rigoletto’ no tiene hits clarísimos –aunque la primera arieta de Oscar, el paje de Riccardo, y que aquí cantará Elena Sancho Pereg, es un clásico del repertorio de sopranos virtuosas y pirotécnicas–. Sí tiene, sin embargo, una arquitectura dramática y musical perfecta: es una ópera que poco a poco te arrastra a su centro y te rodea de oscuridad, pasiones y misterios, y es por tanto una de las maravillas dramáticas de Verdi. Perdérsela sería un error.

4. Ambiente misterioso

Una de las grandes metas artísticas de Verdi fue la de conseguir integrar en un todo los lenguajes de la música –y el canto bellísimo– con el del teatro más complejo. Para Verdi, las situaciones debían ser creíbles y bien escritas, la profundidad psicológica de los personajes era vital, pero sabía que la buena música no funcionaba si no era acompañando unos textos ambiciosos. Verdi proyectó varias adaptaciones de Shakespeare, y en el caso de ‘Un ballo in maschera’ se inspiró en un texto de Eugène Scribe de 1833 que trataba sobre una conspiración para asesinar al rey Gustav III de Suecia durante un baile de máscaras. Así, el dramatismo es tenso y la gravedad de los hechos no hacen más que alimentarlo. La historia en sí de ‘Un ballo in maschera’ es puro misterio, y todas las producciones salen ganando.

5. Una conjura

El protagonista principal de la ópera es Riccardo, el gobernador de Boston. Verdi quería que fuera un rey, pero en la ópera del siglo XIX, a diferencia de la de siglos anteriores, como mínimo en Italia, estaba prohibido que los reyes murieran en el escenario. Pero la tesis principal no cambia: el poder provoca envidias y los amigos pueden llegar a ser traidores. Riccardo recibe información de que alguien conspira contra él y busca respuestas en Ulrica, una anciana con habilidades para ver el futuro. Al más puro estilo Macbeth, le asegura que su mejor amigo (Renato) será quien acabe con él. Renato, a la vez, es el marido de Amelia, la protagonista femenina, de la que Riccardo está enamorado. Él, por tanto, también ha cometido traición. Este juego de espejos crea una tensión creciente que culmina en el baile de máscaras, donde Riccardo será apuñalado.

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