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C. Tangana
© Javier RuizC. Tangana

C. Tangana: "Yo soy el payaso de un circo"

Entrevista con el MC de Madrid sobre su 'Ídolo' (2017), su embate para erigirse en Rey Midas del pop

Escrito por
Marta Salicrú
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Antón Álvarez, alias C. Tangana, lidera la carrera para convertir la música urbana en el nuevo 'mainstream' también aquí, como ha ocurrido en buena parte del mundo. Es una carrera que su 'Caballo ganador' ya tiene en el saco, y que las únicas cicatrices que le ha dejado son las de las uñas de gel de su exitosa 'Mala mujer'. Hablamos con Pucho de 'Ídolo' (2017), su LP de debut y su estreno en una multinacional aprovechando el rodaje en Barcelona del videoclip de 'Tiempo', para el que repite con el realizador Tomás Peña, del colectivo Manson.

¿Te gusta rodearte de un equipo, una familia de creadores con los que compartes tu visión?
Me gusta generar mi propio equipo. Cuando quieres hacer cosas importantes no las puedes hacer solo. Me gusta tener ideas a medio y a largo plazo. En los últimos dos años tracé una línea a largo plazo con unos objetivos intermedios. Para eso necesitas gente que entienda bien el proyecto. Pero ahora tengo tantas ganas de encontrar nuevo talento, que mi música se meta en sitios en los que no se metería si fuera por mí solo, que aunque tengo mi equipo de núcleo duro, estoy como loco por que salga alguien nuevo.

¿Quizá porqué ya has conseguido estos objetivos que mencionabas?
Sí. Yo quiero crecer y no me voy a parar aquí, pero hacer un disco como 'Ídolo' era una meta, un 'check' en la lista. Quería conseguir hacer lo que a mí me de la gana y que la atención que me prestasen fuera la máxima, los máximos ojos y oídos posibles. Conseguir meter un tema como 'Caballo ganador' en un disco 'mainstream' en España. Conseguir que la gente piense que eso es lo que hay que mirar.

Hace un año me dijiste que la música urbana sería el nuevo pop, algo que ya estaba pasando en el resto del mundo. El éxito de 'Mala mujer' te da la razón.
Aquí faltaba saltar un resorte. Estaba sucediendo en Estados Unidos, en América Latina, pero también en Europa. Hasta hace poco era el rock y los grupos de guitarras, que gustaban a un rico, a un pobre, a un intelectual, a todo tipo de personas. Ahora la nueva cultura popular es esa cultura urbana. Yo siempre he hablado de pop como intención: quiero que me escuchen y piensen en pop y no en rap.

¿Lo que te ha permitido llegar al gran público es acercarte a la música latina?
Está pasando en todo el mundo, y lo más honrado por mi parte era entrar a través de lo que tenía más cerca. El trasfondo, que ya empezó antes de 'Antes de morirme', es la voluntad de querer hacer música de baile. La música desde el principio está vinculada a la fiesta y al baile, que después queda denostado porque somos europeos y lo que nos parece bueno es la música clásica en actitud contemplativa. Pero lo humano son los tambores africanos, es lo que llevamos en la sangre. Y yo tenía la espina clavada de querer hacer música de baile desde hace años.

¿Desde cuándo?
La primera vez que trabajé con Alizzz ya lo intentamos, una especie de EP de electrónica en el que también producía Bruna, hace años, 'Trouble + Presidente' (2014). Pero no me salía, era muy difícil. El primer tema con el que conseguí que la gente bailará fue 'Antes de morirme'. Y a mí me gusta mucho el reggaetón: cuando salgo de fiesta no me gusta la música dura, para bailar, me gusta el reggaetón, también la salsa y la cumbia un poquito, y el dembow.

¿Las músicas latinas están desbancando al techno en las discotecas?
Me di cuenta que en España el hueco para la música de baile estaba ahí, en esa mezcla de músicas latinas a las que todo el mundo le son familiares porque todo el mundo escuchaba al salir de fiesta. Yo cogí de ahí todo lo que podía coger sin mancharme, sin dejar de ser yo, e hicimos 'Mala mujer', que nos costó un trabajo que no veas. Al principio era un dancehall, porque como nos funcionó en 'Antes de morirme'... Pero cuando Alizzz metió el piano para salsa, cambió toda la producción.

¿Hemos recuperado la movilidad en la cadera?
Sí, y a mí me parece mejor y más sano, por mucho que con mi padre haya escuchado a Tom Waits, Bob Dylan y Wilco toda la vida. Pero nada que ver. Y conseguir que la gente baile es jodido. Que la gente se aprenda las letras y las cante, es difícil, ¡pero que baile...!

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¿Cómo llegas a ser C. Tangana?
Nací en una familia de clase mediocre, diría yo. Mi padre montó una empresa muy joven, lleva toda la vida con ella y la ha hecho crecer poco a poco hasta convertirnos en una familia de clase media acomodada. Él viene de una familia muy pobre del norte de Galicia, es el único de sus hermanos con estudios superiores, y se vino a Madrid a ganarse las castañas. Toda esta historia del progreso y el liberalismo. He mamado la cultura del esfuerzo. En mi familia era muy importante estudiar, si se tenía la oportunidad. Fui al colegio en Carabanchel hasta que fui a la facultad.

Estudiaste Filosofía. ¿Pensaste que te podía dar herramientas para tu carrera en la música?
Quería dedicarme a algo que me enriqueciese. Siempre he sido muy rebelde, nunca me ha gustado que me digan lo que tengo que hacer, no me entendían en el cole, me peleaba con el entrenador de baloncesto... siempre estaba enfadado. Filosofía era una carrera para leer, y a mi me gusta leer desde pequeño. Y sabía que no iba a ir a clase. Todo el mundo quería estudiar ADE, y a mi me parecía que era una mierda, que estaban coaccionados por la sociedad.

Te licenciaste. ¿Y entonces?
Me saqué la carrera, pero no hice vida universitaria, porque tenía la música en la cabeza y tenía que currar. Me independicé con 18 años, aunque siempre me he llevado bien con mi familia. Trabajé de todos los 'part-time' posibles: hostelería, tiendas, 'call-center', administrativo... También tuve una época de paro jodido, como 9 meses. Siempre he estado trabajando, hasta que hice la 'mixtape' '10/15' (2015).

¿Qué cambió entonces?
Cuando hice '10/15' para mi fue como formar mi empresa. Pensé en cuál era mi mejor salida profesional. Superé mis miedos, mis inseguridades: yo no quería ser un personaje público. Me gustaba la música pero quería ser un bohemio, no convertir la música en un negocio. Pero tomé la decisión de cambiarlo, y ahí es donde se forma el personaje de C. Tangana y el discurso del ídolo. Nace hace unos tres años, cuando me empiezo a hartar de currar.

Te has referido a C. Tangana como a un personaje. ¿Qué tiene de ti y qué de personaje el 'yo' de las canciones de 'Ídolo'?
Hay una mezcla. Una amiga me enseñó hace muy poco tiempo que hay dos tipos de artistas: los que interpretan otras cosas y los que se interpretan a sí mismos, pero que todos son intérpretes. Después de tocar una canción 250 veces es imposible que llegues al solo y te vuelvas a emocionar. No es verdad. Hay días que estás inspirado y te vuelves a emocionar, pero en el 80% de los bolos, no pasa. Yo me interpreto a mí mismo. Lo que escribo es lo que me pasa. Pero no quiere decir que yo sea todo eso, ni que yo me abra sin pensar lo que suelto: sé qué tipo de discurso mantengo. Hay un personaje, pero soy yo interpretándome a mí mismo. C. Tangana son partes de mi con las que hago música, 'performances', entrevistas, vídeos, fotos...

¿Cómo llevas haberte convertido en personaje público y usar tu vida privada en tu obra?
Esa es la contradicción que intento resolver. Intento tomar cartas en el asunto, es una huída hacia adelante. Si el mundo me ataca, lo cojo y ataco al mundo. Entendí que era un personaje público y empecé a utilizarlo, qué declaraciones eran públicas y cuales privadas, cuales eran los momentos de influencia para decir cosas. Que las canciones son un discurso, pero las entrevistas son otro, y las imágenes. Y que en función del momento tienes un discurso u otro, esto es como la política. Pero yo no intento convencer a nadie: yo lo que hago es una 'performance', es espectáculo.

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¿Cuál es el discurso tras las fotos promocionales de 'Ídolo', en las que vistes ropa de una marca de lujo española con mucha tradición como Loewe?
Queríamos hacer una campaña de publicidad como las que se hacen en el sector de la moda, porque en lo estético la moda está muy fuerte: los mejores directores creativos y fotógrafos vienen o participan del mundo de la moda. Es donde está el mayor talento. En mi equipo de gente de confianza, además de Alizzz y Tomás Peña, también está Javier Ruiz, fotógrafo de moda de Madrid que vive en mi barrio y que es muy amigo mío, y con él quería hacer algo importante.

Has mirado para arriba: ¿estás pensando en la lona publicitaria con tu retrato que se pudo ver en la Gran Via de Madrid?
Claro (ríe). ¿A él qué le gustaría? Publicar en las mejores revistas del mundo y tener las campañas más creativas de la industria de la publicidad. Eso aún no podemos hacerlo, pero vimos hasta donde podíamos llegar. Queríamos dar la imagen que 'Ídolo' es un momento de asentamiento. Loewe es una marca importante, me gustaba que no fuese extranjera, me gustaba la idea que se pudiera hacer algo de calidad aquí. No quiero decir España porque ya no sé lo que significa. Creo que el mensaje se entiende: no sé quien es ese tío pero es el puto rey Midas.

La palabra 'ídolo' y el Rey Midas evocan una dimensión oscura del poder, algo que has querido explotar.
Por un lado he conseguido hacer lo que quería, 'Mala mujer' es un tema muy divertido, estamos triunfando, hay un mensaje de éxito. Pero todos los temas del disco tienen una parte oscura vinculada a los excesos, al individualismo, que hay gente que pueda criticar. Yo me di cuenta, viendo las letras, y vi que tenía un álbum. 'Pa que brille' es un tema más luminoso, habla de buscar el éxito por motivos más honestos, identifico valores que puedo compartir con mi madre. En los otros temas, no: esto no lo escuches, mamá. Pero es la parte oscura la que me ha parecido más creativa y en la que ha salido cosas más viscerales y auténticas.

Has dicho que querías explotar los clichés del rap: la soberbia, los excesos... solo faltan las pistolas.
Sí, porque me gusta que sea verosímil. De la misma forma que la gente tiene que saber que esto es una 'performance' y que hago espectáculo, también me gusta decir que cuando uno tiene éxito detrás hay una ambición desmedida, competitividad, individualismo, obsesión, cosas chungas. Hay muchas contradicciones, pero a mi me parece interesante. Yo entiendo que haya gente a quien le parezca que eso está mal, que no se debe hablar de eso en los temas, pero a mi me gustan Nirvana, Neal Cassady, Kerouac... En el arte hay muchas cosas que no son modelos de moral pero que son bellas. Hay gente que dice que mis letras están mal, pero yo veo poesía en ellas y para mi están guapísimas.

¿Te pesa la responsabilidad moral en tu rol de ídolo?
Siempre dejo muy claro el mensaje que yo estoy montando un numerito. Que yo hago lo que quiero pero que no defiendo que sea bueno. No soy político, ni sacerdote, ni policía. Yo soy art... [pausa] yo soy el payaso de un circo. A mi, para entretenerse y ya está. Tengo tiempo para desarrollar mi carrera. Todas las cosas que quiero decir no las puedo decir ahora.

Te pronunciaste en contra de las cargas policiales en Barcelona, cosa que te valió muchas críticas.
Yo soy de Madrid. Estaba mirando el Twitter de Pablo Iglesias, que es como sigo la actualidad, últimamente, y vi que había retuiteado a una periodista madrileña que había escrito que parecía que Madrid ahora se identificase con Franco. Pero Franco era del Ferrol, Rajoy tampoco es de Madrid, y en Madrid estábamos en el 15M. No quiero ni identificarme ni con ese artículo, ni con Pablo Iglesias ni con el 15M, pero hay muchos Madrids, muchos barrios. Hay cosas que me parecen acojonantes. Intento no decirle a la gente lo que tiene que hacer, pero si quiero hacer una reflexión, la hago, sin miedo. Me parecía un símbolo muy 'heavy', la policía golpeando a civiles para quitarles urnas y papeletas, que son el símbolo de la democracia. Detrás de eso puede haber una disposición legal, pero el símbolo es lo que me marca. Yo soy de símbolos, soy un esteta, a mi me gustan las imágenes y los colores. Y para mi expresarlo me pareció parte de mi contenido artístico. Es como un haiku.

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