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Joe Crepúsculo
© Bárbara MingoJoe Crepúsculo

Joe Crepúsculo: "La música popular es la música de verdad"

Supercrepus vuelve a llenarnos la memoria con 'Disco duro' (2017), que baja el tempo y se contonea con el pop contemporáneo

Escrito por
Marta Salicrú
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Cuando Joe Crepúsculo canta "Esto es música para adultos que no puedes comprender como yo antes no podía comprender", estribillo de 'Música para adultos', segundo adelanto de 'Disco duro', el octavo álbum de su proyecto personal, podemos recordar la cara de tontos que se nos quedó cuando el Crepus cambió el techno-pop para las músicas latinas en 'Nuevo ritmo' (2011). Entonces no lo entendimos, pero poco después todos acabaríamos removiendo el culo a ritmo de cumbia y reggaeton. Ahora admite "coqueteos con la música actual". Nos lo cuenta des de la plaza de su pueblo, Sant Joan Despí, ahora que hace años que vive en Madrid. Nos lo cuenta en esta experiencia.

¿Qué te ha pasado desde 'Nuevos misterios' (2015) que haya podido influir en el nuevo disco?
¿Como si hubiera sido padre, por ejemplo? La verdad es que nada de eso. Pero sí he visto una evolución en mi carrera. Cuando llegué a Madrid hace tres o cuatro años todo cambió: cuando empecé a trabajar con El Volcán empecé a interactuar con un tipo de artistas con los que antes no lo había hecho, artistas del flamenco, por ejemplo. Conocí una gente diferente de la de eso que tiene un nombre tan feo, el indie, y fue un punto de fuga. Hubo muchas oportunidades de hacer conciertos, y me propuse que fueran más divertidos. Esta evolución aún continúa. Pero no ha habido ningún momento que haya marcado un antes y un después. Y vaya, siempre ha habido una evolución, ya desde 'Escuela de zebras' (2008), que sigue, que busca el cambio. En cada disco ha habido un volantazo. Y eso se mantiene.

Uno de los volantazos más radicales fue el de 'Nuevo ritmo' (2011), en el que te adelantaste al interés por las músicas latinas.
Se avanzó menos de un año, pero en cuanto a las reacciones aquel disco fue una patada en los huevos. Después la música latina no sólo se consolidaría en el 'underground', con la cumbia, también lo haría en el 'mainstream'.

Parece el estribillo de 'Música para adultos', del nuevo álbum: "Música para adultos que no puedes comprender como yo antes no podía comprender".
Cuando haces trabajos creativos tienes que contar con eso: puedes avanzarte y ahora puede quedar muy bien decirlo en la entrevista, pero en su momento fue una buena hostia.

Dejó muy claro que, siendo un músico prolífico (has hecho ocho discos en poco menos de diez años), estabas decidido a no hacer siempre lo mismo.
Hay gente que dice que abordo estilos que no están bien vistos, la música latina en ese momento, después el bakalao... Pero eso no es verdad, no soy un friki cacofónico que busca las disonancias, aunque a veces lo he hecho. En ese momento simplemente me gustaba: con Sergio [Pérez, de Svper] escuchábamos mucha cumbia, nos encantaba, y el disco lo hicimos casi a medias. Al bakalao [en 'Baile de magos' (2013)] también quise hacerle una especie de homenaje. Son músicas que me gustan. La verdad es que yo me aburro haciendo la misma música y la misma canción. Buscar otros estilos es una manera de intentar no aburrirme.

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Ahora que mencionas el bakalao, en directo continúas apostando por él, y te funciona muy bien.
Con el paso del tiempo ya no es tabú, y es verdad que en directo he apostado por eso y que va bien. La gente a mis conciertos se lo quiere pasar bien y quiere bailar. Y este encasillamiento me parece más guay: que me coloquen antes del DJ para montar una fiesta guapa. Me gusta que la gente se lo pase bien, la interacción es muy divertida. Estar en el escenario tocando y ver a la gente así es una pasada. De momento no me he cansado.

Los temas nuevos bajan el tempo. ¿Dudaste a hacerlo teniendo en cuenta cómo son tus directos?
La música grabada no tiene nada que ver con el directo. Son dos facetas creativas diferentes, aunque la una se alimenta de la otra. Alguien puede hacer un disco muy guay y directos que lo son menos, y al revés. Pero sí lo pensé. Siempre da un poco de miedo. En mi caso, tengo que reinterpretar las canciones para el directo: puedes subir un poco los BPMs... ahora estoy trabajando en ello, es mucho trabajo. Hará que sea un reto. Y eso también me gusta.

Bajar el tempo te vincula con producciones R&B y electrónicas contemporáneas. Pero al mismo tiempo mantienes sintetizadores y órganos que hacen que no pierdas tu identidad.
Hay un paso adelante. En cuanto a la elección de estilos, no hay nada fortuito. Hay coqueteos con la música actual, sonidos nuevos, canciones que podrían haber salido en cualquier disco anterior. Pero sí tengo un interés por saber qué se hace, por querer alimentarme de ello, recoger influencias... Me parece necesario, al menos en mi caso. Puede gustarte o no lo que se hace ahora. A mí sí que me gusta. Los nuevos géneros me molan y me interesan, se hacen cosas muy interesantes en nuestro panorama y fuera. Yo creo que es un disco de dobles parejas, de cosas más antiguas y más nuevas, el analógico y el digital, la calidez y la frialdad... En 'Un demonio con piel de cordero', que es una conjunción de dos elementos, a dúo con Soledad Vélez, hay una guitarra y un sintetizador... Es la cima de la dualidad del disco.

En 'Disco duro' hay menos colaboraciones que en 'Nuevos misterioso', pero también las hay de diferente naturaleza: interpretas un tema que te ha compuesto Aaron Rux y versionas al músico que ameniza con un órgano las comidas en el Salón del Champiñón, una tasca de Madrid. Sin embargo, parecen tuyos.
Te gusta lo que te gusta, por eso estas canciones encajan. Los que las han hecho son gente muy guay, tanto Aaron Rux, que ha sacado un disco también con El Volcán, como Gabriel Pascual Nieto, que es un señor formidable.

Reivindicar un músico de bar conecta con tu interés por la música popular.
Si por popular entiendes una música que sea accesible y que pueda cantar mucha gente, sí. Siempre he preferido tirar hacia aquí en vez de hacia la música de vanguardia, por decirlo de alguna manera. Para mí la música popular es la música de verdad.

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¿Y qué es la música y para qué sirve? Has dicho que son preguntas que 'Disco duro' quiere contestar.
Se trata de replantearte las cosas y ver hacia dónde va todo. Qué pasa en un momento como este en el que los discos ya no se escuchan. Antes se decía que la gente joven escuchaba canciones, no discos, pero ahora lo hacemos todos. Y hay cierta cabezonería en sacar discos. Ya no sabes muy bien si es culpa del sector, que como siempre tarda mucho en avanzar, o de quién. La gente más joven publica 'mixtapes', quizá son más listos que nosotros. Después de la forma en que internet ha cambiado nuestra manera de relacionarnos, hay que preguntarse qué sentimos cuando escuchamos música, y por qué hacemos un uso tan brutal de ella. Antes la gente escuchaba música quizás una o dos veces en su vida y lloraba, y ahora nos la ponemos en cualquier acto común, incluso para dormir.

A pesar del rol ambiental de la música, no ha dejado de experimentarse de manera intensa, no?
Sí, y es bonito. Pero me gusta plantearme si la música no emocionaba más antes. Me hago una pregunta y la disparo.

Pones mucho esfuerzo en hacer las letras, ¿verdad?
Sí, siempre he tenido mucho interés en que me gustaran, me las trabajo porque me cuestan, las tengo que limar mucho.

El videoclip de 'Es lo que hay' evoca el paso del tiempo, hacerse mayor.
Es de Ion de Sosa, que hizo una versión de 'Blade runner' rodada en Benidorm ['Sueñan los androides' (Android trauma) (2014)]. Y sí, sí que es eso. Ha quedado algo precioso.

¿Por qué le has puesto 'Disco duro'? Has perdido muchas cosas en discos duros?
Sí: empecé a hacer música de muy, muy joven, y de toda mi producción se habrá perdido el 80%. Si te paras a pensar, es bastante bestia. El título me gusta porque tiene varias lecturas. Por un lado, remite a la discusión sobre los formatos, el CD, el vinilo... También a la función del disco de la que hablábamos antes. Hay temas disco, y también está el elemento de la dureza, como la de 'Te voy a pinchar'. Pero luego el vinilo es azul cielo, que es un color poco duro: hay esta dicotomía del disco duro que en realidad es blando, con canciones románticas.

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