Las mejores canciones de la década de los 2000

¿Qué ocurrió con Eminem? ¿Es que en el 2000 todavía nunca nadie había visto un blanco con un micrófono? ¿Y los Beastie Boys? ¿Y House of Pain? Sin embargo, no se puede negar que, aparte de su carácter gamberro –irritante a ratos–, Eminem tenía mucha gracia rapeando. Este fue el sencillo de presentación de su supuesta obra maestra 'The Marshall Mathers LP', producido por Dr. Dre y con 'beefs' incluidos a Will Smith, Britney Spears y Christina Aguilera. 'The real Slim Shady' era un hit en toda regla, sí, pero aún fue más divertida la crítica en forma de parodia que le dedicó Emily Ellis desde la perspectiva de Christina Aguilera: "So won't the real Slim Shady please shut up, please shut up?"

En solo 15 segundos, el single principal del álbum de debut en solitario de Beyoncé ya lo tiene todo para captar toda nuestra atención: la fanfarria que nos avisa de que algo importante está a punto de ocurrir, la base rítmica potente, Jay-Z presentándola como el gran número que estábamos esperando y entonces ella –ELLA–, como quien no quiere la cosa, con sus "Oh, oh, oh, oh". No puede decirse que Beyoncé no fuera una estrella antes de estrenarse en solitario, pero todo lo que hizo a partir de entonces eclipsó la trayectoria completa de las Destiny's Child. Ya no era simplemente Beyoncé Knowles: Queen B se había coronado y el resto es leyenda.

El productor Danger Mouse y el rapero Cee Lo Green la liaron cuando decidieron unirse para dar forma al dúo Gnarls Barkley, ¡y de qué manera! Inspirada en las bandas sonoras de los spaghetti western y de hecho construida sobre un sample de la música de Gian Piero y Gian Franco Reverberi para 'El clan de los ahorcados' (Ferdinando Baldi, 1968), 'Crazy' es de arriba abajo tan pegajosa que se convirtió en el hit más escuchado del 2006, era imposible esconderse. Sin duda una de las grandes canciones de los 2000. 

Si hay una mártir del rock de los 2000 es Amy Winehouse, que curiosamente saltó a la fama con ese hit trágicamente anticipatorio de su muerte solo cinco años más tarde. Con muy poco tiempo y únicamente dos álbumes, Winehouse tuvo suficiente para erigirse en una de las grandes voces de la década, una garganta que iba a las raíces del soul, mientras la mayoría de artistas de R&B –los del mainstream, al menos–, buscaban y removían entre el hip-hop y la electrónica. Una fuerza de la naturaleza que vivió intensamente y nos dejó huérfanos demasiado pronto.

¿Quién habría dicho que el siglo XXI –tecnológico y futurista– nos traería un regreso al rock'n'roll de guitarras más básico y más garajero? Cinco chavales ricos y apuestos de Nueva York, que se habían conocido en escuelas privadas, consiguieron hacer magia con los elementos más básicos. 'Is this it?', su álbum de debut, contenía suficientes hits para catapultarlos al mainstream y hacer que, durante un tiempo, la gente volviera a bailar con riffs de guitarras distorsionadas, sencillos y terriblemente efectivos. De estos hits, 'Last nite' es probablemente el más icónico. Todavía lo bailamos.

Puede que ahora Coldplay nos parezcan un grupo demasiado comercial y rimbombante, pero en julio del año 2000, la irrupción de 'Parachutes', su primer álbum, supuso una bocanada de aire fresco en el panorama del pop independiente. Lo precedieron los singles 'Shiver' y 'Yellow', este medio tiempo meloso que todavía hoy sigue funcionando a las mil maravillas con toda su desnudez y sencillez. Ojalá los de Chris Martin se hubieran mantenido fieles a su sonido original.