[title]
El emblemático parque de atracciones de Barcelona parece que le queda cuerda para rato. Superados los años de incertidumbre, el Tibidabo cuenta con una media de 5.000 visitas diarias y proyectos de futuro que demuestran la apuesta del Ayuntammiento para con el complejo de ocio. Mejorar los accesos del parque, incrementar la conexión de wifi o un nuevo funicular que a la vez será una atracción más del parque forman parte de las novedades más destacadas para la temporada del 2020.
La magia de la 'Cuca de Llum'
"Una atracción más del parque", así es como ha presentado el Ayuntamiento de Barcelona el proyecto del nuevo funicular del Tibidabo, listo si todo va bien en agosto de 2020. La transformación del que fue el primer funicular del Estado empezará el septiembre y el resultado se prevé muy imaginativa e inspiradora. Con una línea futurista y con más capacidad que nunca, el medio de transporte será bautizado como 'Cuca de Llum' para reforzar la idea de que se usará a la vez de medio de transporte como de atracción.
FOTO: LEITNER
De los primeros convoyes hechos de madera y con capacidad para tan solo 80 personas por viaje a los 252 previstos para el año que viene, habrán pasado nada menos que 120 años. El impulsor del parque, Salvador Andreu, nunca imaginó que aquel "ascensor pionero pero extraño" que llevaba a los visitantes hasta la cima del Tibidabo, sería capaz, más de un siglo después, de transformarse en una atracción que a la vez es capaz de transportar esta cantidad de personas.
El componente de entretenimiento se mejora con un funicular de líneas futuristas, sin cabina de conductor para mejorar las vistas panorámicas y con pantallas táctiles en su interior. Su nombre cogerá aún más sentido cuando oscurezca, gracias a la iluminación que se instalará para seguir el perfil del convoy y parecer, de verdad, una luciérnaga escalando la montaña. Además la última tecnología permitirá subir a más gente con menos tiempo, se calcula que se podrá hacer el recorrido en tres minutos.
Mejoras en el transporte
Se calcula que el 60% de los visitantes del parque llegan en transporte público a pesar de ser toda una odisea de trasbordos. Primero ferrocarriles, después el bus que sustituye el tramo que hacía el desaparecido Tranvía Blau para, finalmente, coger el funicular que se paga aparte (7,70 € subir y bajar). Durante los 14 meses que durarán las obras de la instalación del nuevo cremallera el parque contará con alternativas para acceder al parque. Desde el Col·legi d'Enginyers Industrials de Catalunya y la asociación para la Promoción del Transporte Público se propone la creación de un título integrado que incluya el tren, el Tramvia Blau (cuando funcione de nuevo) y el nuevo funicular para hacer más atractivo y sostenible el acceso a las instalaciones.
FOTO: LEITNER