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Ya explicamos que el verano astronómico nos ofrecería coincidencias poco comunes. Cuando acabe septiembre habremos tenido cuatro superlunas de verano, algo extraño que, además, nos dejará una superluna azul la noche del 30 al 31 de agosto.
Una superluna ocurre cuando la luna nueva o llena coinciden con el perigeo, que es el punto en el que las órbitas de la Luna y la Tierra están más cercanas. ¿Qué cambia esto? El satélite se ve más grande, sobre todo durante su salida y a la puesta.
Las fechas de las cuatro superlunas han sido el 4 de julio, el 1 de agosto y todavía faltan las del 30 de agosto y el 29 de septiembre.
La superluna azul
La superluna del 30 de agosto además es un fenómeno doblemente extraordinario, porque se cataloga como una superluna azul (sin ser de ese color). Se llaman así cuando pueden verse dos lunas llenas en un mismo mes del calendario. Así que si sumamos la del día 1 y después la próxima del 30 de agosto, tenemos una superluna azul muy cerca.
La salida de la superluna azul se podrá ver si miramos en dirección a la playa (este, sureste) alrededor de las 21 h. Si os la perdéis, tendréis que esperar hasta 2026 para volver a vivir un fenómeno parecido.
¿Dónde ver la luna azul en Barcelona?
Al igual que con la lluvia de estrellas, los mejores lugares para ver la superluna azul serán entornos altos y libres de contaminación lumínica. Es recomendable la aplicación Light Pollution Map, que pone a vuestro alcance puntos oscuros ideales para ver fenómenos astronómicos.
En Barcelona, la sierra de Collserola es el punto natural más cercano a la ciudad. Sin ir tan lejos, otro punto ideal será el parque de Montjuïc, que se erige, además, como un balcón ideal con vistas al mar para ver su salida.
Otros entornos naturales cercanos sin contaminación lumínica pueden ser las sierras de alrededor de la ciudad como Santa Creu d'Olorda, los parajes montañosos entre Molins de Rei y Sant Feliu de Llobregat y, si estáis dispuestos a ir más lejos, el Puig Madrona, en el Papiol, o incluso Montserrat.