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Nos gusta ver cómo Barcelona se transforma día a día en una ciudad más sostenible. Por eso es clave que se ensanchen las infraestructuras que permiten rodar a los vehículos no contaminantes de forma segura, en especial, los carriles bici.
Entre los puntos negros de la circulación de bicis estaba, hasta ahora, el paseo Joan de Borbó, una arteria muy concurrida, sobre todo en verano, cuando el tráfico ciclista hacia la playa se mezcla con los peatones o el tráfico. Esto cambiará a partir de ahora.
El martes comenzaron los trabajos para implementar un nuevo carril bici en el paseo de Joan de Borbó que comprenderá específicamente el tramado comprendido entre las calles de Ginebra y del Escar, situado a la Barceloneta. La fase de ejecución de este proyecto se estima que se prolongará durante cinco meses.
El carril bici, concebido como doble sentido de circulación, estará integrado en la calzada, adosada a la acera costera. Con un ancho total de 3,5 metros, incluirá también una franja adicional de 0,5 metros destinada a las piezas separadoras.
La nueva estructura para ciclistas y patinentes dispondrá de semaforización y señalización específica, coexistiendo con dos paradas de autobús con plataforma. En estas zonas, los ciclistas tendrán que ceder el paso a los peatones durante la entrada y salida de los autobuses.
Además de la implementación del carril bici, las obras iniciadas comprenderán la mejora de los pasos de peatones, la sustitución de los semáforos actuales, la reubicación de un punto de recarga para motos eléctricas y de una columna de alumbrado, así como ajustes en la red de sumideros.
El carril bici llevará un nuevo segmento a la red ciclable de Barcelona, que posteriormente permitirá la conexión de la zona costera con el centro mediante los futuros carriles bici de Via Laietana y del paseo de Picasso.