[title]
¿Cuál es el único elemento que ocupa todas las salas de un museo, pero que no se puede ver? El artista Martin Creed quería hacer visible lo invisible: el aire, el vacío, el oxígeno que respiramos. Y por eso llenó una gran sala de la Fundació Miró de globos de color naranja, en una instalación interactiva llamada ‘Obra núm. 1513: la mitad de aire en un espacio determinado”.
Los visitantes pueden entrar, caminar entre las esferas llenas de aire para cogerlas, tocarlas y jugar con ellas. Así, se convierten en participantes de la obra de arte, dotándola de dinamismo y movimiento. Pero esta no es la única obra de arte interactiva que encontrará en la Miró. De hecho, las salas de este museo se han llenado de instalaciones y piezas que invitan al público a jugar, imaginar y participar en el arte contemporáneo.
Es con motivo de la exposición 'Amigos imaginarios', una muestra que busca introducir el arte contemporáneo a los visitantes de todas las edades. El proyecto, comisariado por Martina Millà y Patrick Ronse, ha pedido a varios artistas de todo el mundo que reflexionen en torno a los amigos imaginarios y presenten obras sobre el juego, el ocio y la experimentación. El resultado es una exposición diversa y sorprendente, que nos hace pensar sobre qué es el arte y qué papel tenemos en él.
La sala llena de globos de Martin Creed, por ejemplo, va precedida de un gigantesco salón de tamaños que Pipilotti Rist ha diseñado al más puro estilo 'Alicia en el país de las maravillas', donde los visitantes pueden sentarse un enorme sofá y un gran sillón de vinilo fucsia. También pueden jugar en el 'Juego de la democracia', de Meschac Gaba, que invita al público a formar las banderas oficiales de seis países africanos con una obra-rompecabezas.
También hay artistas que dialogan con el arte de Joan Miró: Polly Apfelbaum, en su instalación 'El potencial de las mujeres', integra varias litografías de Miró que contrastan con sus “pinturas caídas”, que abandonan las paredes y se convierten en alfombras. En esta sala, el artista también te invita a detenerte para dibujar.
En 'Amigos imaginarios' también hay piezas que conectan con nuestro subconsciente, el mundo de los sueños y la imaginación humana, como los osos con plumas fluorescentes que te reciben en la entrada de la muestra y que son una creación de Paola Pivi. El artista Kasper Bosmans recrea la introducción a un sueño infantil y Afra Eisma llena un espacio de personajes estrambóticos hechos de tejidos y cerámica que pueden convertirse en amigos imaginarios.
Tras pasear por las salas de la Miró, se puede salir al patio a sentarse en el curioso banco que Jeppe Hein ha diseñado con formas curvas y extravagantes, o dibujar y leer en el espacio ambulante 'A l'ombra del garrofer'.
Las piezas de la muestra, como las 'Esculturas de un minuto' de Erwin Wurm, solamente se entienden una vez que el visitante interactúa y las activa, porque parten de la idea de que el arte es un proceso colectivo y participativo. Este es el objetivo de la exposición, y así lo explican los comisarios del proyecto: “¿Hay una forma mejor de familiarizarse con el arte de nuestro tiempo que sentirse parte de él?”.
NO TE LO PIERDAS: Las mejores exposiciones de arte en Barcelona
Lee el número de abril de Time Out Barcelona, con entrevistas, reportajes y las mejores recomendaciones de ocio y cultura de la ciudad.