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"Estaba muy nerviosa, estaba temblando, pero si yo misma no me creo que estoy tranquila, no se lo creerá el público, ni el jurado, ni nadie". Quien habla es Rosalia, la joven que ha ganado por aclamación de compañeros y compañeras el primer concurso de freestyle o rap improvisado Catalunya Rookies en el instituto Quatre Cantons de Barcelona. La final es la culminación de la prueba piloto de un proyecto de la escuela itinerante Versembrant que enseña a improvisar palabras a jóvenes de entre 12 y 18 años. Muchos de estos estudiantes no utilizan nunca el catalán, y gracias a esta propuesta pedagógica rompen la barrera de la vergüenza y lo incorporan con naturalidad.
Joël Prieto (freestyler Joël) y Jordi Estivill (freestyler Still Ill y Lágrimas de Sangre) son los MC's y maestros que han llevado a cabo esta fase inicial de un proyecto que quiere crecer: "De momento hemos hecho pruebas en el Bernat Metge y el Quatre Cantons, pero la idea es hacerlo rodar en muchos centros y que haya una competición con representantes de cada lugar y que sirva para vehicular un tránsito del aula al circuito profesional, que está establecido con Catalunya Freestyle; acercar la experiencia educativa a la experiencia artística, partiendo de la cantera, del juego y la diversión”, asegura Prieto.
"Para aprender una lengua o para no dejar que muera hay que tener morro, hay que hablar, aunque sea con errores"
Rosalia ha escrito poesía desde pequeña y eso le ha ayudado, pero todo el mundo puede aprender. "Estamos intentando eso, que se diviertan y que se olviden de que están improvisando. Si rompes las barreras de la vergüenza y de la timidez que todos tenemos, todo acaba siendo mucho más fácil", dice Estivill. Ella, a pesar de compartir nombre con una estrella de la música, no se ve haciendo carrera: "No, no me veo, me da mucha vergüenza, sí que puedes tener un alter ego sobre el escenario, pero no es lo que me gustaría hacer".
Fluir con el caudal de la vida
El proyecto nace con la idea de que los alumnos practiquen la lengua a la vez que se divierten, pero va más allá. "La espontaneidad es muy importante, se puede aplicar a muchas facetas de la vida y a veces fluir con el caudal de la vida, como si fuera un río, saber que pasan cosas y que puedes formar parte, que a veces es sencillamente hacer el clic y saber que eres válida y válido para encajar donde sea, creo que es el principal valor, más allá de la lengua", explica Prieto.
De hecho, Versembrant ya hace años que lleva por Cataluña talleres también para adultos, "con muy buenos resultados, también con gente recién llegada que está aprendiendo catalán", dice Estivill. Dejarse llevar es clave para lanzarse a hablar un nuevo idioma, y de ahí que los talleres de improvisación encajen tan bien con la lengua. "Es una capacidad que todo el mundo tiene, pero la tenemos dormida. Hacerles ver que la podemos despertar ha sido muy enriquecedor. Pasa lo mismo con el hecho lingüístico: para aprender una lengua o para no dejar que muera hay que tener morro, hay que tirar adelante, hay que hablar, aunque sea con barbarismos o con errores, para que se vaya modulando y forme parte de tu día a día", dice Prieto.