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En plena emergencia por sequía, todo ritual para que llueva es bienvenido. Incluso la máquina para hacer caer un chubasco que ideó un inventor argentino, Roni Bandi, nos vale como remedio. Y es que, cuando se está desesperado, cualquier cosa sirve. Por eso, la basílica de Santa Maria del Pi ha organizado una serie de misas del 1 al 9 de marzo, así como una procesión final para implorar que llueva.
Estáis todos invitados a sumaros a invocar la lluvia. ¿Y qué mejor que hacerlo dentro de esa majestuosa iglesia gótica? La parroquia organiza dos misas rogativas diarias durante estos días: la primera, a las 18.45 h, en la capilla de Sant Miquel, y otra, a las 19 h, en la capilla de la Purísima Sangre. Además, el sábado 9 de marzo habrá una procesión con la imagen del Sant Crist de la Sang. El recorrido será por diferentes calles de Ciutat Vella y empezará una vez acabe la misa de la noche, hacia las 20 h. Tendrá inicio en la calle Cardenal Casañans, seguirá por la Rambla y la calle Hospital, hasta llegar a la plaza del Pedró, donde se hará una oración rogativa. Por último, se volverá hacia la basílica del Pi.
Misas rogativas
Las oraciones rogativas piden protección para la fertilidad de los campos, por eso, principalmente, imploran por la lluvia, pero también sirven para pedir que acabe. Su origen se pierde en el tiempo, pero se sabe que en la antigua Roma se hacían celebraciones en honor al Dios Robigo, el dios de una enfermedad del trigo, para proteger las tierras. Con la misma finalidad y en las mismas fechas del calendario, el catolicismo invoca a San Marcos con procesiones y bendiciones. A partir de ese momento, las 'Robigalies', la fiesta pública romana, se convirtieron en rogativas.
En Cataluña también se han practicado rogativas desde hace cientos de años. De hecho, existen registros que afirman que en el siglo XVI estas plegarías por la lluvia se repiten hasta final de siglo, coincidiendo con un período de inundaciones. En el siglo XXI, estas misas siguen celebrándose, especialmente en momentos como éstos, en plena emergencia por sequía.