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Volver a casa después de dar vueltas
En cuestión de pocos días, he tenido la preciosa y esperada ocasión de restablecer mi relación profesional con dos de nuestras estrellas más errantes. Dos actores a los cuales, de repente, empiezas a ver en una película extranjera, y después en otra y en otra más, y lo que tú creías que sería una excepción, una rareza, en su carrera ya se convierte en una norma, un leitmotiv. Y los ves en la alfombra roja de Cannes junto a Marion Cotillard o en un estreno norteamericano de Netflix. En el cartel de una peli indie o en el reparto de un film francés. Como los admiro muchísimo y nos teníamos que poner al día, me ha encantado reencontrarme con Laia Costa y Alex Brendemühl, la trayectoria de los cuales he visto nacer, crecer y... coger un montón de aviones.
Padua, Coixet, amor y cocina
Hace un par de semanas, coincidí con Laia Costa en el rodaje de la serie de Isabel Coixet ‘Foodie love’ (HBO), en la estación de Padua, de los Ferrocarriles Catalanes. Han pasado unos años desde el estreno de ‘Victoria’ y de la serie ‘Pulseras rojas’, pero hay cosas que no cambian. Un espíritu, una manera que tiene ella de dirigirse a los demás. “¡Hola! ¿Qué haces aquí?”, me preguntó. “He venido a hacer de figurante. Es la tercera vez que salgo en una obra de Isabel”, le respondí. La felicité por su carrera internacional, y juntos lamentamos el estado actual del periodismo. El cinematográfico, el político o el deportivo. El periodismo en general. También la felicité por su fino y emotivo trabajo en ‘Cites’, serie que Canal 33 ha recuperado recientemente. Y durante esa larga noche de volver a estrechar lazos, en el andén de Padua y después dentro de un vagón en movimiento, compartimos planos con el otro protagonista de ‘Foodie love’, el argentino Guillermo Pfening (‘Nadie nos mira’). Muy argentino: le preguntas una cosa pequeña, extraordinariamente pequeña, y él te responde durante un cuarto de hora.
Maestro en lenguas
Hace cosa de un mes, intercambié unos cuantos mensajes de móvil, mientras él rodaba ‘L’ofrena’, de Ventura Durall. ¿La razón? Aquella tarde, los del equipo del programa teníamos que hacer una conexión radiofónica, que no estaba prevista, y, pese a todo, él accedió a hablar con nosotros. Un caballero. Queda pendiente un cara a cara con un café o una buena cerveza alemana. Los dos tenemos sangre germánica. Y entonces analizaremos el personaje que interpreta en ‘El creyente’, la peli de Cédric Kahn que acaba de estrenar, o sobre el millón y pico de trabajos suyos que aún no hemos visto. Sutil, poco amante de los aspavientos, sigue practicando el ‘menos es más’ delante de las cámaras. Y lo hace en cinco idiomas. Por cierto, con Pfening también comentamos que él y Brendemühl habían coincidido, el año 2013, en ‘El médico alemán’, de Lucía Puenzo. Recuerdo perfectamente a Alex. Imponente como siempre. Invadiéndonos sutilmente. A Guillermo no lo tengo presente en esa inquietante historia. No, no lo localizo en ninguna escena. Guillermo se puso a reír: “No me extraña que no te acuerdes de mí. Mi papel era muy pequeño”. ¡Menos mal! Ya pensaba que, uf, había herido el ego de un compatriota de Ricardo Darín y Cecilia Roth.
Discreción sobre el futuro
Por discreción, y por si es verdad eso de que los proyectos se gafan si tú los vas explicando alegremente antes de que cuajen o de que firmes un contrato, no pregunté por sus respectivos futuros. Sospecho que Laia Costa y Alex Brendemühl seguirán en los planes de los productores extranjeros. Espero no tardar demasiado en volver a contactar con ellos y hacer un repaso. Un buen repaso sobre lo que estarán haciendo aquí y sobre lo que han hecho, antes, allá. Os añoramos, viajeros.
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