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Lo mejor de Tokio (en tres días)

María José Gómez
Escrito por
María José Gómez
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Como Vito Corleone, hay personas que hacen ofertas que no se pueden rechazar. Es el caso de los organizadores de los Time Out Love Tokyo Awards, quienes me propusieron participar como jurado en la edición de 2017. ¿Quién renunciaría a ir a los mejores sitios donde comer, beber y comprar de la capital de Japón? Yo no, desde luego. Así que después de dar un mortal con doble tirabuzón de alegría envié el mail de confirmación a los compañeros de Time Out Tokyo: "¡Esperadme, que allá voy!"

La experiencia fue de una intensidad de grado 9 en la escala Time Out. Durante tres días de principios de octubre, el jurado que formamos los directores y las directoras de los magazines de Londres, Sydney, Nueva York, Pekín, Bangkok y Barcelona, acompañados por el staff de Tokio –¡gracias a Momo y al resto del equipo!–, nos dedicamos a ir de una punta a otra de la ciudad probando todos los establecimientos que optaban a los Love Tokyo Awards.

Jillian (Time Out New York), Alyx (Time Out Sidney), Top (Time Out Bangkok) y yo, en Shibuya
Jillian (Time Out New York), Alyx (Time Out Sidney), Top (Time Out Bangkok) y yo, en Shibuya

Cada categoría –restaurantes, bares, cafés y tiendas– contaba con diez finalistas, elegidos por los críticos de Time Out Tokyo. La misión de los miembros del jurado internacional era ir a los lugares para después valorarlos. En esas 72 horas, pude saborear por primera vez el 'tonkatsu', un filete de lomo rebozado –tiernísimo y delicioso– en Ponchi-Ken, un local especializado en este plato tradicional que, curiosamente, todavía no ha llegado a nuestra ciudad.

Tonkatsu, de Ponchi-Ken
Tonkatsu, de Ponchi-Ken

También hinqué el diente en el corazón y el hígado de pollo, entre otras delicias, a la parrilla de Yakitori Imai, una refinada barra con cocina a la vista especializada en 'yakitori'.

En cuanto a cafés, descubrí lugares espectaculares, de una decoración y un gusto extraordinarios, que ni olemos en Barcelona. Si alguna vez vais a Tokio –no lo dudéis, hacedlo–, repostad cafeína en Satei Hato, en Monozuki –lleno de relojes de pared, pero donde parece detenerse el tiempo– y Kosoan.

Satei Hato
Satei Hato

Para ir de compras, una buena opción es el centro comercial Ginza Mitsukoshi. ¿Un centro comercial? Sí, puede que a simple vista pueda parecer muy caro, pero tiene opciones de souvenirs originales, como unos divertidos 'darumas', por el mismo precio que cuesta una baratija en otras tiendas. El terrado tiene sorpresa. Allí se encuentra un pequeño altar y una estatua shinto que me recordó el universo del Studio Ghibli.

Ginza Mitsukoshi
Ginza Mitsukoshi

Los aficionados al manga y el anime que visitéis a los tokiotas encontraréis el paraíso en Nakano Broadway, una galería llena de tiendas de cómics, juegos, camisetas, pósters y figuritas que hicieron aflorar mi lado más friqui. Y los melómanos no os perdáis Disk Union, una cadena de tiendas de música en la que cada local está especializado en un estilo. Yo visité un par: la de soul y la de música japonesa. En esta última descubrí Pink Lady, un dúo femenino de finales de los 70 y principios de los 80. Su canción UFO es un TE-MA-ZO.

De los bares, me sorprendió especialmente Lupin, un viejo antro donde se han apoyado los codos de escritores, fotógrafos y artistas de toda índole, atendido por camareros que demuestran con su mera presencia la proverbial longevidad nipona. Un dato para los aspiradores de nicotina –y los que no lo sois– en algunos bares y cafeterías se permite fumar.

Lupin, Tokyo
Lupin, Tokyo

And the winners are...

Yendo al grano: ¿cómo sería un día perfecto, siguiendo los ganadores de los Time Out Love Tokyo Awards? Debería empezar con un desayuno en la cafetería Higashi-Mukojima Coffee-ten, donde además de un café magnífico sirven un 'cheesecake' de aspecto curioso –parece una bola de helado– pero que hace caerse de culo a los más golosos.

Higashi-Mukojima Coffee-ten, Tokyo
Higashi-Mukojima Coffee-ten, Tokyo

Seguiría con una visita a la tienda 85 (Hachigo), un local que explica por qué la fermentación es la nueva revolución gastronómica. La comida o la cena tendría como marco Ise Sueyoshi, un restaurante especializado en 'kaiseki', es decir pequeños platos o 'tapas' que se sirven juntos, y que concentra toda la delicadeza y la pasión por los detalles de la cocina japonesa. Y acabaría con un cóctel en un bar que toda ciudad querría tener: La Hulotte. Además de ser precioso, su 'bartender' es un auténtico prodigio. A mí me pidió que eligiera dos ingredientes –pera y ginebra–, y él creó un cóctel que todavía me hace vibrar el hígado cuando lo recuerdo. 

La Hulotte
La Hulotte
© Time Out Tokyo

Una última recomendación. Si pensáis que el kimono es algo del pasado y que ya nadie lo utiliza, visitad la tienda Y & Sons: su actualización de esta vestimenta tradicional para el hombre moderno, bautizado como T-Kimono, ha merecido el premio a mejor producto de los Love Tokyo Awards.

Y & Sons, Tokyo
Y & Sons, Tokyo

PD: Estuve a punto de perder el vuelo de vuelta por una confusión con un tren. Si pude tomar el avión, fue únicamente porque un desconocido me ofreció su wifi, su teléfono y me llevó corriendo –él arrastrando dos maletas enormes– hasta la misma puerta de embarque mientras gritaba en japonés que nos hicieran paso. Fue mi ángel. En el momento no le pude dar las gracias porque si me entretenía un solo segundo perdía el vuelo. Lo hago ahora: ありがとう

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