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El Parque de las Glòries ha transformado nuestra ciudad en un lugar más verde y más agradable: su apertura ha marcado un antes y un después para los vecinos de la zona, que ahora tienen un lugar donde descansar, hacer pícnics, jugar y refugiarse del calor. Este último hecho es especialmente importante si tenemos en cuenta que la ola de calor de finales de junio ha mantenido a los barceloneses pegados al ventilador, al Meteocat y a cualquier oportunidad para refrescarse.
Uno de los elementos más nuevos de esta plaza es una fuente ornamental, llamada El espejo del agua, que rápidamente dejó de serlo para convertirse en una zona de baño improvisada para los niños de los barrios cercanos a las Glòries. En su momento, el Ayuntamiento ya alertó a la ciudadanía y avisó de los riesgos de bañarse en la fuente: el peligro de resbalones, de engancharse el pie con el pavimento o de provocar caídas.
Ahora, después de semanas insistiendo en que el Espejo de Agua “no es un espacio adaptado para el baño”, el consistorio ha tomado la decisión de clausurar la fuente durante el verano, con el objetivo de “garantizar la seguridad y evitar accidentes” derivados de este “mal uso” de la fuente. La primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, ha prometido que después del verano, la fuente volverá a funcionar con normalidad.
Por otro lado, el Ayuntamiento ha puesto a disposición de la ciudadanía una lista de espacios donde sí están permitidos los juegos de agua, y que funcionan con un sistema de uso responsable con pulsador que no permite comenzar un ciclo hasta que no se ha terminado el anterior. Son un ejemplo los entornos de la Casa del Agua de la Trinitat Vella, los Jardines de Sant Joan de Déu en L’Illa Diagonal, el Parque de las Glòries o la Plaza del Maresme.