Ya hemos visto 'Indiana Jones y el dial del destino' y es la aventura que todo el mundo esperaba

Esta última y quinta película de Indiana Jones se asegura el tiro regresando a un territorio familiar y sostiene el impulso durante sus dos horas y media de metraje, en parte dejando los momentos más íntimos al mínimo estrictamente necesario. 'Indiana Jones y el dial del destino' encuentra a Indy (Harrison Ford) como un académico irritable y afligido en la Nueva York de finales de los años 60, lo que permite al envejecido arqueólogo y aventurero enfrentarse brevemente con la modernidad de la carrera espacial y los jóvenes hippies. Pero el director James Mangold y el equipo de guionistas de este último hurra de un Ford que tiene 80 años saben qué hace que el viejo Indiana funcione: nazis, trenes a gran velocidad, cuevas escalofriantes, serpientes espantosas, un revoltijo del mundo antiguo y un viaje al norte de África.

Tenemos de todo, empezando con un prólogo ambientado en la Europa de los últimos días de la Segunda Guerra Mundial y continuando con un nazi con gafas (Mads Mikkelsen) que sigue a Indiana. Ah, y el propio Arquímedes tiene un cameo, pero tendréis que ver la película.

Hay ecos de historias pasadas y caras conocidas (para los aficionados nostálgicos), pero la novedad es Helena (Phoebe Waller-Bridge), la ahijada de Indiana e hija de su camarada académico (Toby Jones, muy divertido). Helena sabe lo que hace en relación con la misión de la película: recuperar una máquina de doblar el tiempo, Antikythera, construida por el barbudo Arquímedes. Pero tiene un enfoque mercenario en lo que se refiere a la antigüedad. "Lo único en lol que vale la pena creer es en el cash", dice. Teniendo en cuenta que habla griego antiguo con fluidez, quizá se nos perdone que no nos la creamos.

Abre la vieja caja de los trucos y los reinterpreta uno a uno con cuidado y respeto

La película no se detiene nunca: saltamos por todo el Mediterráneo y el Egeo, en avión, en barco, sobre tierra, bajo tierra y bajo el agua. Ford está malhumorado y hace muecas, mientras que Waller-Bridge es algo decepcionante como última socia de Indiana.

Extrañamente, la vis cómica de este par queda en poco, y las pocas coñas de la película no acaban de funcionar. Sin embargo, es la aventura que todo el mundo espera de una película de Indiana Jones y eso es lo que ofrece, abriendo la vieja caja de trucos y reinterpretándolos uno a uno con cuidado y respeto. Añadid la emocionante familiaridad de la partitura de John Williams, y el conjunto supone un reboot reconfortante, aunque no especialmente arriesgado.

'Indiana Jones y el dial del destino' se ha estrenado en el Festival de Cannes 2023. Se podrá ver en los cines de todo el mundo el 30 de junio.

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