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Refugios antiaéreos de Barcelona
Seguimos la pista de algunos de los refugios antiaéreos de la ciudad, un subsuelo tan fresco como lleno de historia
Barcelona a vista de pájaro y a través de la Carta Arqueològica es una ciudad teñida de puntos rojos. Nos paramos en los refugios que construyeron civiles a partir de 1936 para protegirese de los ataques aéreos que ennegrecieron Barcelona hace 75 años. Se han documentado 1387 refugios –aunque se calcula que se habrían llegado a abrir hata 1.400 espacios de defensa pasiva–, pero la mayoría se tapiaron al final de la guerra y ahora son pocos los accesibles. Coged chaqueta y linterna para bajar a los refugios, el ambiente es húmedo. ¿Algo más? Curiosidad por la historia, que se ilustra en los pasillos de la ciudad subterránea.

El 307 de la lista
En lugar de nombres, cada refugio se identificaba con un número y nosotros optamos por iniciar la ruta en 307. El refugio del MUHBA es uno de los 60 que construyeron en Poble-Sec y podría haber acogido 2.000 personas a lo largo de 200 metros de túneles. Dentro nos sentamos en silencio para respirar la tranquilidad y el orden que se reclamaba a los vecinos. Mujeres, niños y ancianos accedían al refugio al oír la sirena y se resguardaban allí entre diez minutos y dos horas. Nada de colchones para pasar la noche, y prohibido fumar, para no consumir oxígeno.

12 metros bajo tierra

Escondido entre coches
La construcción del aparcamiento de la plaza Revolució dejó al descubierto parte de un refugio -Contel apunta que lo habría iniciado la misma comisión que construyó el de plaza del Diamant– del que aún se conserva una parte. Si estáis en Gracia podéis aprovechar la visita: tendréis que pedir la llave al vigilante, bajar hasta la cuarta planta y vencer el miedo a la oscuridad.

Debajo el palacio del indiano
Visitamos el Palacio de las Heures, en Horta. Situado en la montaña y escondido entre bosques, se intuye por qué el palacio que se hizo construir el indiano Josep Gallart –y en los bajos del cual se abrió un refugio antiaéreo–, ocultó políticos del momento, como el presidente Lluís Companys. Aunque no ofrecen visitas guiadas al espacio (y se ha de solicitar acceso para entrar), os encenderán la luz y os dejarán recorrer este pasillo emblemático.

Al otro lado del río
Después de pasar por los refugios populares, hechos con pico y pala por la gente del pueblo, tenemos curiosidad por ver uno de los espacios de titularidad municipal. Próxima parada, lo que se esconde en el subsuelo de la plaza Macià, en Sant Adrià del Besòs.