1. El mar: cocina tradicional en los pueblos de la Costa Brava
![El mar: cocina tradicional en los pueblos de la Costa Brava El mar: cocina tradicional en los pueblos de la Costa Brava](https://media.timeout.com/images/105813953/750/422/image.jpg)
![El mar: cocina tradicional en los pueblos de la Costa Brava El mar: cocina tradicional en los pueblos de la Costa Brava](https://media.timeout.com/images/105813953/750/562/image.jpg)
La Costa Brava empieza en Blanes y, si queréis ser exhaustivos, necesitaréis muchas escapadas, porque los restaurantes que preparan platos marineros típicos, con un necesario toque actualizado, son muchos y hasta llegar a Cadaqués o Portbou hay que comer mucho. Pero si lo que queréis es tener pistas para empezar a elegir en una primera escapada, aquí tenemos unas cuantas. Los productos estrella, lógicamente, son el pescado y el marisco. Si hablamos de la gamba de Palamós como uno de los milagros de la naturaleza, será por algo. Y el producto del mar, como mejor sabe, es acompañado con buenos caldos y buenos arroces. De todo esto se puede encontrar en restaurantes como Els Pescadors, la Sala d'Isaac o el Compartir de Cadaqués: tienen como especialidad la langosta frita con huevos fritos, las gambas a la brasa o las sardinas marinadas. Platos humildes, de toda la vida, pero hechos con una nueva intención y con el buen gusto de siempre.
Como imaginamos que la escapada será de más de un día, también es importante elegir bien el hotel, y que este también tenga una propuesta gastronómica interesante. Encontraréis unos con bodega propia como el Cala Jóncols en Cap de Creus y otros con una selección de vinos igual de meditada como el hotel Sa Rascassa o el hotel Ses Negres. Estas pueden ser buenas bases de operaciones para extender la exploración por la costa -e incluso comer en un barco en La Gastronòmica, con el que navegaréis por la Costa Brava y haréis parada en una cala preciosa para degustar productos de la Llotja del pescado de Palamós y vinos del Empordà-, o visitar villas marineras como Roses o Palamós y aprovechar para presenciar una subasta de pescado o nudrirse del ambiente de los puertos, o probar vinos típicamente ampurdaneses, los de Mar d'Amunt, a bodegas como Hugas de Batlle o Somni d'Istiu, de entornos ideales para montar un buen plan de enoturismo. Con estas recomendaciones no es que vayamos a vivir el doble, sino el triple.