
La Sagrada Familia te la tienes que mirar de lejos, desde el chaflán de Marina con Provença, resguardándote los ojos con la mano, como si te molestara el sol. Si no, la imagen resulta turbadora. El templo expiatorio me parece una obra recargada y gris, pero los gustos son tan personales... Yo soy de colores y curvas como las de Antoni Gaudí en la Casa Milà, de edificios singulares porque sí, como el de Sant Antoni Maria Claret, 110.