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Montsant
Montsant ©Agència Catalana de Turisme

Vino, cava, aceite y pescado: 4 rutas enogastronómicas para descubrir lo mejor del sur de Cataluña

Os proponemos seguir los tramos 1 y 2 del Grand Tour de Cataluña para disfrutar de la riqueza de los productos alimentarios del país, una serie de destinaciones marcadas por la excelencia de la uva y la cocina. ¡Descubridlas!

Time Out en colaboración con Agència Catalana de Turisme
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¿Os gusta el turismo gastronómico? Esta es una tendencia que está ciertamente al alza, cada vez hay más gente que pide combinar las vacaciones y el ocio con experiencias que tengan relación con la comida o la bebida. Si este es vuestro caso, el sur de Cataluña es un acierto asegurado, ya que en una serie de rutas bien sustanciosas podréis probar algunos de los mejores productos de la gran oferta de vinos, embutidos, quesos y cocina tradicional y moderna del país. Para sacar todo el partido de esta experiencia, y con resultados plenamente satisfactorios, hay una guía infalible: seguir algunas de las etapas incluidas en el Grand Tour de Cataluña, y en particular los tramos 1 y 2, que conectan Barcelona con las Terres de l’Ebre antes de subir hacia Lleida, donde nos encontraremos una variedad de delicias muy diferentes, pero igualmente fabulosas.

El Grand Tour de Cataluña es una propuesta de itinerario que os permitirá descubrir la enorme diversidad y riqueza cultural que nos ofrece Cataluña. En total son cinco tramos que recorren todo el perímetro y el interior del territorio, y que etapa tras etapa os acercará a todo tipo de atracciones, desde monumentos a paisajes, rutas de montaña, miradores, museos y visitas a pueblos con encanto. La ruta, además, tiene una función paralela, pero no menor, que es la de proponeros también una serie de actividades y recomendaciones de tipo enogastronómico a medida que hacemos el viaje, ya sea recorriendo los cinco tramos completos –esto puede hacerse en tres semanas, y es ideal para unas vacaciones largas y bien aprovechadas–, o seleccionando etapas particulares. No importa realmente qué opción escojáis: aquí lo más importante es que da igual cuántos días dediquéis al Grand Tour de Cataluña, siempre habrá una victoria, porque en todas las etapas encontrará rincones de Cataluña de gran belleza.

Esto es lo que haremos ahora: una propuesta de ruta selecta por los tramos 1 y 2. El primer tramo empieza en Barcelona y llega a Tarragona, pasando por Montserrat, Sitges y las tierras del Penedès. El tramo 2 arranca en Tarragona y, bajando por la línea de costa, se adentra en el Priorat hasta llegar al Delta de l’Ebre. Inmediatamente, subiremos hacia Lleida pasando por el Priorat. Este es un recorrido lleno de sorpresas que se puede planificar en el siguiente enlace, o que podéis pedir que os lo prepare una agencia de viajes especializada, y de la que os facilitaremos algunas pistas. ¡Empecemos!

La gran ruta del vino: el Bages, el Penedès y más allá
DOQ Priorat ©Marc Castellet / Agència Catalana de Turisme

1. La gran ruta del vino: el Bages, el Penedès y más allá

Cataluña cuenta con varias denominaciones de origen que hacen de su vino un producto excelente que lleva décadas seduciendo a los grandes aficionados a la enología. Si es vuestro caso, las etapas del Grand Tour de Cataluña que arrancan a partir de Montserrat y bajan hasta Tarragona son unas de las que no os tenéis que perder. Por ejemplo, es interesante seguir la ruta de las tinas de la Vall del Montcau, un recuerdo de cuando en la zona del Bages se hacía el vino a pie de viñedo, en recipientes de piedra, a la manera tradicional. Ahora, el proceso de producción del vino está más automatizado, pero el resultado es igual de excelente: tanto D.O. Bages como, un poco más abajo, las D.O. Penedès y D.O. Tarragona ofrecen catas inolvidables. Hay muchas bodegas que se pueden visitar, o que se pueden ver desde varios miradores de la zona siguiendo la ruta Miravinyes, para contemplar la magnificencia del paisaje cultivado.

En Vilafranca del Penedès, una de las capitales de la uva, hay que visitar el Vinseum, un museo del vino que os dará pistas sobre las botellas que tenéis que comprar. Y una vez entramos en tierras de Tarragona, una actividad muy recomendable es hacer la ruta de Cabra del Camp, una marcha en plena naturaleza que recorre viñedos y campos de cereales, y que culmina con degustaciones de vinos de la zona. Finalmente, las Terres de l’Ebre también tienen una gran producción enológica, y su símbolo son las dos Catedrales del Vino: Gandesa y El Pinell de Brai, dos bodegas modernistas rodeadas por un paisaje que corta el aliento. A partir de ahí, viene otra ruta inolvidable, la que nos muestra –subiendo hacia la llanura de Lleida– la riqueza del Priorat, otra denominación de origen calificada inexcusable con un espacio central que une vino y arquitectura: la bodega modernista de Falset-Marçà.

Un tesoro catalán: el cava, la malvasía y cómo disfrutarlos
Pinell de Brai @ Agència Catalana de Turisme

2. Un tesoro catalán: el cava, la malvasía y cómo disfrutarlos

Hemos dejado el cava en un apartado exclusivo porque si bien el vino catalán es de primer nivel, el cava –espumoso y dorado– es uno de los grandes tesoros enológicos de la oferta gastronómica catalana. La ruta del cava nos lleva principalmente a Sant Sadurní d’Anoia, donde abundan los viñedos y bodegas especializadas durante muchos años en la producción de este producto único. Para conocer la historia del cava, y sus secretos, un lugar a visitar es el Centro de Interpretación del Cava, un edificio imponente que funciona como una especie de museo y espacio enogastronómico donde os explicarán todos los detalles esenciales para conocer por qué el cava es tan misterioso y fascinante. Y si queréis pasar un buen rato, admirad el Cavatren, una maqueta que representa la circulación del cava con un tren a escala. Una vez visto todo esto, si os habéis quedado con ganas de saber más sobre los diferentes vinos de Cataluña, la ruta tiene otro añadido: en la etapa 5 uno de los productos protagonistas es la malvasía, un vino que se hace a partir de una uva dulce, una delicia poco conocida y siempre satisfactoria.

Vermuts y degustaciones de productos de la tierra
Tast d'oli d'oliva © Agència Catalana de Turisme

3. Vermuts y degustaciones de productos de la tierra

Si empezáis el trayecto en la etapa 3 del primer tramo, la que arranca en Montserrat, algo que tenéis que hacer es comprar mató (requesón), un queso fresco, típico y exclusivo que, acompañado con miel, conforma un postre delicioso. En todo el recorrido por las zonas de los viñedos encontraréis muchas propuestas que combinan gastronomía y catas de vino –brunchs, sobre todo, para coger fuerzas al mediodía, ya que las excursiones son largas–, pero si buscáis más específicamente productos típicos de gran calidad, hay otros muchos planes que se pueden tomar en consideración. Por ejemplo, puede hacer un vermut en Reus, una de las ciudades más modernistas de Cataluña, y también una de las principales productoras mundiales de este aguardiente de gran prestigio. Si continuamos la ruta hacia el delta de l'Ebre, a la altura de El Perelló encontraremos una producción de miel de gran calidad –es por eso que tenemos que comprar mató al principio de todo para hacer el postre típico–, y subiendo hacia Lleida, es ideal tomar el desayuno en Montblanc, con longanizas de la zona, buen pan y un aceite inmejorable. El Priorat también es tierra de aceite, y que conecta con el sabor de la llanura de Lleida, donde podrá degustar productos buenísimos como los caracoles a la llauna.

Cocina marinera en la costa y el delta de l’Ebre
Muscleres al Delta de l'Ebre © Sergi Boixader / Agència Catalana de Turisme

4. Cocina marinera en la costa y el delta de l’Ebre

Una de las particularidades más notables de los tramos 1 y 2 del Grand Tour de Cataluña es que muchas etapas discurren por la costa, y al acercarnos al mar es cuando adquiere absoluta relevancia la cocina marinera. El primer paro de importancia es en Cambrils, donde se hace un suquet de romesco característico de la zona y que es uno de los platos más reconocidos de esta parte de la Costa Daurada. Un poco más abajo, en l’Ametlla de Mar, la oferta de cocina a partir de diferentes pescados es magnífica, y hay incluso una actividad lúdica a la que os podéis apuntar: nadar con los atunes rojos que se crían en las piscifactorías de esta zona del Mediterráneo. El final de la actividad consiste, como no, en probarlas también al final de la jornada. En las Terres de l’Ebre tenemos otras delicias del mar: ostras en Ampolla y mejillones en la bahía del Fangar, y en el delta de l’Ebre, platos a base de arroz y pescado que hacen cantar los ángeles.

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