Comidas caseras. Ya son pocos los lugares que pueden definirse así, como Can Vilaró. Un histórico, un clásico, un auténtico. Ubicado frente al majestuoso y renovado mercado de Sant Antoni, Sisco y Dolors reciben diariamente como en casa toda una legión de clientes fieles que ya saben qué elegir. Sin menú, solo una carta de precio muy atractivo y platos del día.
¿Y qué se come? Los lunes de invierno hay cola, para saborear su 'escudella i carn d'olla', abundante plato único. Los martes el cliente fiel se inclina por unos fideos a la cazuela gustosos, gelatinosos, y los miércoles son las lentejas las grandes protagonistas, con chorizo y cocción al punto. El arroz a la cubana, otro plato en vías de extinción, se puede disfrutar los jueves y los viernes. La sesión se puede enriquecer, ya sea con unos pies de cerdo casi mágicos o las albóndigas que broda Sisco. Y el sábado sabadete, un fricandó de fábula. O quizás tenéis suerte y os topáis con tripa de cordero con patatas, un plato sublime, que aquí es uno de los pocos lugares donde ha perseverado y ha sobrevivido a tanta novedad culinaria efímera.