Menorca es de esos destinos que nunca fallan. Tiene calas que parecen sacadas de un sueño mediterráneo, caminos que invitan a desconectar y un ambiente que fluye sin prisas. Pero si hay algo que nos ha terminado de conquistar es su escena gastronómica, que cada vez brilla con más fuerza. Entre playas y puestas de sol, hemos encontrado tres restaurantes que nos han dejado boquiabiertos (y bien llenos). Aquí van.
Francesca: cocina italiana de postal
Justo frente al mar y rodeado de verde, el restaurante Francesca es un pedacito de Italia plantado en Cala Galdana. Un espacio precioso, con un toque sofisticado y mucho encanto, donde la cocina italiana se presenta con sensibilidad, autoría y producto top. En la carta encontraréis platos con muchísima personalidad: unos raviolis con salsa de tomate cherry que son pura poesía, un risotto que siempre sorprende y, si sois más de carne, un solomillo de ternera de 180g con mantequilla de trufa y puré de patatas que te deshace el alma. ¿Y de postre? Su coulant de chocolate con corazón fundente y helado cremoso de pistacho. Un festival. Todo esto, con una copa de vino y el Mediterráneo a tus pies. ¿Qué más se puede pedir?
Lacala: pizza con vistas y alma
También en Cala Galdana, a pocos pasos de Francesca, encontraréis Lacala, una pizzería que lleva este clásico italiano a otro nivel. Masa madre, harina ecológica, fermentación lenta… y un horno que no perdona. El resultado son pizzas de borde perfecto y sabores potentes. La Speck e Scamorza, con ricotta, jamón ahumado y queso scamorza, tiene el equilibrio perfecto entre cremosidad e intensidad. Pero también merece mucho la pena la de sobrasada menorquina con miel, que rinde homenaje a la isla con mucho gusto.
Si pensáis que la pizza no puede sorprender… aquí tenéis una prueba de lo contrario.
Rosario: hamburguesas gourmet en Cala en Blanes
Y si lo que os apetece es una buena burger, Rosario es parada obligatoria. En Cala en Blanes, este restaurante con jardín y ambiente relajado propone hamburguesas de autor hechas con carnes de calidad y mucha cabeza. La Rosario es un homenaje a la isla: pan brioche, 180g de ternera Angus criada en Menorca, queso Mahón, sobrasada artesana y un toque dulce de miel que lo redondea todo. Pero también hay opciones veggie como la Ivette, con pan sin gluten, carne vegetal, guacamole y queso vegano. Y si os quedáis a por el postre, no os perdáis su tiramisú clásico: con mascarpone suave, bizcocho empapado en café y un toque de cacao para rematar. Buen ambiente, mucho espacio y una cocina que te hace querer volver.
Menorca se ha convertido en un paraíso no solo para bañarse, sino también para comer. Y si queréis empezar por tres sitios que nunca fallan, ya tenéis rumbo: Francesca, La Cala y Rosario. ¡Buen provecho y feliz escapada!