La Fonda Sala nos recuerda que primero los restaurantes existen y después les llega una estrella por su categoría y su saber hacer. La Fonda y Restaurante Sala, en Olost, es un magnífico ejemplo. Este establecimiento, en el corazón de la Cataluña central, lo abrió en 1959 Toni Sala y su esposa, Aurora Gabasa como hostal y fonda, y mereció la estrella Michelin en 1992.
La dirección la llevan todavía los padres, pero Toni Sala (hijo) en la cocina y Sergi Sala desde el comedor ponen savia nueva para mantener el prestigio de una casa familiar de comidas emblemática. El Lluçanès es tierra de setas, caza y buena cocina, y la trufa y la caza son la base de la propuesta culinaria del restaurante, con platos como canelones de faisán con aceite de trufa. Y la gracia es que si no se te los quiere gastar con degustación de Michelin (con una gran relación calidad-precio, por cierto), tienen un excelente menú de mediodía a precios terrenales, también en fin de semana, que encontrarás en el espacio de la fonda.