Detrás de la fachada entre ocre y calabaza de un edificio que había sido una vaquería, el Goliard es un lugar de peregrinaje mediodías y noches: cuando pides el menú de 16,80 euros tienes la sensación de estar comiendo a la carta; por la noche, tanto el menú degustación (26,90 euros!) como los otros platos son para chuparse los dedos. El espacio, bonito, diseñado con gusto, se divide en dos comedores: uno que da en la calle, y el otro más luminoso, de techos altos, interior. ¿Qué se puede comer? Bacalao y patata confitada gratinados con alioli de ajos escalivados.
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