En una construcción hecha para la Exposición Universal de 1929 y en lo que se suele llamar un marco incomparable, este restaurante es un oasis de paz y naturaleza. De hecho, es tan evocador que dan ganas de escribir poemas en las servilletas. En la primavera de 2025 el Grup Confiteria reabrió el restaurante de la Font del Gat, una obra de Puig i Cadafalch de 1925, situada dentro de los Jardines de Laribal. En 1908 estos se convirtieron en los primeros jardines públicos de Barcelona, donde las clases populares iban a hacer fontades, fiestas con baile, bebida y comida alrededor de la fuente. Y la intención del Grup Confiteria es que siga siendo así.
El espacio es una maravilla: 700 metros cuadrados, con dos de las mejores terrazas de Barcelona: una frente a la fachada del edificio de Puig i Cadafalch, la otra un balcón con una visión panorámica, y todo rodeado por unos jardines de Rubió i Tudurí, paisajista maestro del jardín noucentista. La acción sucede fuera del restaurante, claro, con una capacidad cercana a las mil personas. Y a precios populares: de miércoles a sábado, un menú cerrado con ensalada, gazpacho y espetos de sardinas, carne y verdura, hecho a la brasa. El domingo, lo mismo, pero con arrossada popular en formato paella gigante. Y siempre encontraréis unas diez tapas catalanas como esqueixada y coca de recapte. El otro gran atractivo es la música en vivo: siempre que esté abierto, habrá jazz, rumba, folk o DJ de Barcelona.