La Mafia Mexicana no tiene ninguna intención irreverente con el nombre: simplemente se llama así "porque alude a la dimensión familiar y de lealtad que existe entre los clientes y los trabajadores", explica el chef y copropietario Renato Guiomar, que en la primavera de 2025 emprendió esta aventura junto a su socia, Laura Oset. Guiomar, un chef portugués con experiencia en otras cocinas —formó parte del equipo del añorado Michelin Roca Moo, la casa de los Roca en Barcelona— conoce bien la cocina mexicana: tuvo un restaurante mexicano con su ex durante varios años.
Hay tres cosas que se nos quedan grabadas en la cabeza y en el estómago después de comer en La Mafia Mexicana: la suculencia y generosidad de los platos ("taco que cierra no es taco", es el dicho mexicano que siguen al pie de la letra) y una óptima relación calidad-precio. Encontraremos sobre todo una carta de tacos con alguna incursión en otras especialidades (como los chilaquiles o la torta ahogada, ese bocadillo tan brutal que consiste en un panecillo mexicano crujiente relleno de carnitas y que flota en una salsa de jitomate muy picante). Guiomar busca el sabor tradicional mexicano con cocciones largas: espléndida cochinita pibil, marinada 24 horas y cocinada a fuego lento durante 12, o unos tacos de carnitas que son una fiesta del colágeno, con múltiples partes del cerdo guisadas que se comen solas (como el taco al pastor, asado en trompo como Dios manda). También hay toques de autor: como el quesobirria, pantagruélico plato de tacos de birria que además de mojarse en el consomé del guiso que los rellena, van planchados con queso. No, este no es un sitio para hacer dieta, pero sí que tiene un 95 % de la carta apta para celíacos y muchos platos vegetarianos.