Una buena cocina se basa en la buena elección de los productos, en saberlos utilizar con sabiduría y en la voluntad de agradar al comensal. A veces esto se olvida, por obvio que sea. Armando, el chef de Capet, lo tiene claro. Y las veces que visitéis su pequeño y bonito restaurante siempre tendrá sorpresas agradables. En la última visita, en la que tuvimos que comer -muy còmodamente- en la barra porqué no habíamos reservado, me sorprendieron con dos platos que no estaban todavía en carta: huevo a baja temperatura con base de Parmentier y trufa negra, y un pichón -toda la pieza, no sólo destape como reclamo- sabroso, bien cocinado en su punto y enriquecido con un coulis de remolacha que coloreaba el plato.
En esta época de caza, las sorpresas pueden venir a través de estos platos fuera de carta, como una estupenda liebre a la royale, además de otras piezas de pluma. A Armando y Núria les gusta explicar que la cocina del Capet se "identifica con el producto de temporada, lo que le otorga un mayor protagonismo con sencillez y un toque personal", y se basa en la cocina tradicional y mediterránea. Pero este joven chef, de experiencia probada, está consiguiendo muchas cosas más: su local se quedará pequeño por la asiduidad de la cada vez más fiel clientela de Gracia, entre el Mercado de la Libertad y Gala Placidia. Excelente y sobria oferta de vinos.