Eduard Farelo

Cuando las redes sociales están llenas de opiniones de los ciudadanos, actores como Eduard Farelo se congratulan de poder subir al escenario y escupir textos con la presencia de 'L'onada'. El espectáculo escrito por Ignacio García May y dirigido por Marc Montserrat Drukker se entrena, finalmente, en el Lliure.   
 
¿'L'onada' se inspira en el experimento que Ron Jones relataba en 'The Third Wave'?
Sí, está basada en hechos reales, es la historia de un profesor de Palo Alto de los años 60 que tiene una forma de enseñar diferente y cuestiona el orden establecido. Explica a sus alumnos cómo Alemania se convirtió al nacionalsocialismo de un día para el otro. Realiza un ejercicio peligroso para que entiendan el autoritarismo, pero hacerlo desde dentro provoca tensiones.

¿Habéis seguido el hilo de la película de Denis Gansel?
La versión cinematográfica (La ola) se alejaba de la realidad y Ignacio y Marc han querido reflejarlo de forma exacta; han investigado mucho alrededor de toda la historia y por eso se produce un gran hecho teatral. Marc me ha hecho leer sobre nacionalsocialismo, la Segunda Guerra Mundial, Hitler y las conferencias de Jones, ¡y ahora podía hacer una tesis!

Y te ha tocado el papel del profesor.
Soy el mayor de la compañía y comparto la clase de los años 60 en la que se ha convertido la sala del Lliure con tíos muy jóvenes: esta es de les primeras cosas que hacen a nivel profesional. Todo esto te hace ver cómo pasa el tiempo, pero ellos son gente enérgica y obligan a ponerte las pilas. Me están dando lecciones ellos a mi, en realidad.

¿Qué les enseña, Jones?
A medida que avanza su ejercicio, cada vez es más rígido y les demuestra que son un grupo, una comunidad diferente a los otros, y que si actúan de forma unida les será más fácil conseguir cosas. Los seres humanos somos gregarios por naturaleza, de aquí que la acción conjunta, como las imágenes de los congresos nazis de Nuremberg, tienen una belleza que hace vibrar. Detrás de todo esto hay un mensaje peligroso.

Suena como una advertencia.
Es un peligro vivo, debemos tener puestas las alarmas; no somos mejores que nuestros antepasados y hay momentos en los que es fácil caer en el populismo y la búsqueda del Mesías.

¿'Poder absoluto' te ha hecho tener más ganas de teatro político? 
Estoy encantado de hacer las dos piezas a la vez y en este momento. Es un teatro que tiene que hacerse. Este es un texto necesario, i me gustaría llegar al público más joven. De hecho, es una historia dura y bestia pensada para que la entiendan los estudiantes.