Edu, Marina, Rai y Viky son ya viejos conocidos de nuestros escenarios. Hace cinco años, Joel Joan y Héctor Claramunt les encerraron en un 'escape room' de Hostafrancs y estuvieron casi cinco años subiendo y bajando de la cartelera de Barcelona y frecuentando otras, como la de Madrid y la de Buenos Aires. Ahora mantienen la apuesta y, con el teatro de nuevo lleno y muchos días de entradas agotadas, acaban de desnudar a los personajes mientras siguen ironizando sobre los dos movimientos que más personas han reunido en este rincón de mundo en la última década: el independentismo y el feminismo.
El argumento (y la comedia) funciona mientras los personajes se sacan las tripas
El patrón de secuela está claro. Aquellos cuatro amigos que salvaron la piel vuelven a encontrarse, aparentemente por casualidad, cinco años después de la aventura. Edu (Joel Joan) y Marina (Paula Vives) son pareja. Rai (Borja Espinosa) y Viky (Agnès Busquets) ya no. Están en Sant Andreu, en una nave reconvertida en bar de moda. Hasta que todo se cierra y el asesino que por poco se los carga en el 2018 reaparece para ponerles un nuevo reto. Un juego de verdad o mentira que les dejará hechos trizas. Por suerte, sin la desafortunada cámara de gas de la primera parte.
El argumento (y la comedia) funciona mientras los personajes se sacan las tripas y, de paso, bromean sobre las mujeres que mandan, la decepción fulminante de los indepes, la izquierda anticapitalista y el arte con pretensiones. Cada uno de ellos representa al menos un arquetipo. Pero 'Escape Room 2' no parece buscar otra cosa que un buen entretenimiento basado en el aquí y en el ahora. Es eficaz. Y, al mismo tiempo, un baño de realismo que no sorprenderá a los seguidores del 'Polònia'.
Todo apunta a que habrá una tercera parte y, si la cosa sigue así, podría convertirse en una serie tan larga como 'Harry Potter'. No es fácil clavar el gag. Y hacer reír a una platea entera.
No te pierdas la lista de las obras recomendadas que hay en la cartelera ahora mismo y recuerda que el 16 de marzo es un día muy importante para los teatros catalanes: ¡Vamos a llenar todas las localidades bajo el lema Cap Butaca Buida!
