Golfus de Roma

Daniel Anglès se ha olvidado de novedades anglosajonas para recuperar uno de los primeros musicales del gran Stephen Sondheim, una pieza que destripa la vertiente risible del género y que nos planta en los morros una comedia de enredos con payasos de ritmo trepidante en la que todos los intérpretes, salvo el esclavo protagonista de Jordi Bosch (Pseudolus), tocan algún instrumento. Una pieza para superdotados de la escena en la que brillan Ana San Martín (Philia), Eloi Gómez (Eros) y Mercè Martínez (Domina).

Todo gira en torno a un esclavo que quiere conseguir la libertad y está dispuesto a hacer cualquier cosa. En medio, chocará con el enamoramiento entre el hijo del amo, Eros, y una prostituta, Philia, que ya ha sido adjudicada a un militar romano, y que no tardará en reclamarla. Al mismo tiempo, Philia irá arrastrando a pretendientes...

Sorprende una trama tan machistota en pleno siglo XXI, pero este Sondheim de 1962 salva los papeles porque se trata, al fin y al cabo, de una parodia en la que Anglès ha puesto toda la carne en el asador para levantar un musical que, efectivamente, nos hace reír y disfrutar de unas voces excelsas y de un espectáculo total que empieza antes de que se levante el telón.