Pocas oportunidades volverá a tener Pere Arquillué de interpretar un personaje tan grande, tan complejo, tan denso, tan desvergonzado, como el de Johnny Byron 'El Gallo', un Falstaff del siglo XXI con frases de Hamlet inspiradas por William Blake. Un hombre al que todos visitan, pero a quien nadie quiere de verdad, salvo Ginger (Marc Rodríguez), su Sancho Panza particular. Un hombre a quien los jóvenes descarrilados veneran, un pequeño dios del bosque amigo del gigante que hizo Stonehenge, resucitado un par de veces, 'dealer' local, el alma de las fiestas. Él está todavía en la brecha, disfrutando de la vida, como un adolescente apremiado por existir, mientras que los de su quinta reniegan y ven con ojos desaprovadores lo que ellos hicieron de jóvenes, pobres farsantes.
Arquillué cojea, se apunta al desenfreno, duda, sonríe y grita, como aquel Ricardo III de tiempos pretéritos bajo dirección de Àlex Rigola. En las manos de Julio Manrique, el actor sabe que dispone de un personaje que no volverá a hacer. Y se abalanza sobre él como si le fuera la vida. No tiene nada que envidiar al enorme Mark Rylance que lo interpretó en Londres en el montaje original de la pieza de Jez Butterworth y que le valieron un Olivier. Diría que incluso se parecen. Dos titanes en la piel de un pobre diablo con corazón de elefante. Marc Rodríguez es un perfecto 'partenaire' en el papel de fiel seguidor del monstruo, siempre colocado, inocente, adolescente eterno.
'Jerusalem' podría ser la respuesta al 'Temps salvatge' de Josep Maria Miró, una especie de espejo, ya que los adversarios de El Gallo son los que viven en la nueva urbanización construida a 400 metros de su bosque. Allí se consumen los renegados y la joven Ivana, que la veo huyendo del bloque de apartamentos para ir a pasarlo bien con el pobre Johnny.
Manrique sabía que 'Jerusalén' es una pieza de otra liga. Y esto se ve cuando, en medio de una de tantos desenfrenos, hace que el profesor (Víctor Pi) se desnude y, loco, copule la tierra, el bosque de El Gallo. Cuando hace que una 'rave' parezca una 'rave' y no un baile de fin de curso de primaria, lo que sucede a menudo en nuestros teatros. El director sabe acelerar a fondo y frenar en seco. Acierta todas las músicas, desde el 'Changes' de Bowie al 'Hey Boy Hey Girl' de los Chemical Brothers. ¡Incluso lo que suena de fondo, en la fiesta mayor del pueblo! Un gran montaje servido con pasión por el teatro.
Autor: Jez Butterworth. Traducción: Cristina Genebat. Dirección: Julio Manrique. Interpretación: Pere Arquillué, Elena Tarrats, Chantal Aimée, David Olivares, Marc Rodríguez, Víctor Pi, Guillem Balart, Clara de Ramon, Anna Castells, Albert Ribalta.