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Sis hectàrees d'oliveres
"¿Cómo va la vida?". Pau (Nao Albet) acaba de descubrir su prima Júlia (Anna Alarcón) tumbada junto a un olivo de su campo. Viene de correr, sudando y no la esperaba. Ella hace unos años que no pisa el lugar, los mismos que lleva sin ver al primo. Ha ido por un ataque de lucidez, un sueño. Y quiere acabar con todo lo que no le deja dormir. La pregunta de Pau a Júlia parece anodina, pero cuando han pasado cosas en tu familia que quieres olvidar, no lo es tanto. Porque detrás hay una historia y lo que podría ser un formalismo es realmente una mecha que, sin saberlo, puede provocar un incendio. Ambos primos tienen muchas cosas que decirse. Ella no estuvo, el día del funeral del padre de Pau, su tío. Él no se dio cuenta de lo que ocurría en aquella casa cuando almorzaban todos, tres generaciones, cada domingo. Ella es una mujer. Él, un hombre. Aina Tur ha escrito una magnífica obra sobre la ficción de los lazos familiares, lo que nos hace ser lo que somos. Para Thomas Bernhard, la familia era una condena, el pecado que debemos arrastrar toda la vida sin poder deshacernos de él nunca. En 'Origen', por ejemplo, dice que el mayor problema de la verdad es que no “es comunicable”. Y la dramaturga menorquina habla de ello y como directora hace que sus personajes no se comuniquen. Se miran un par de veces. "Desde el minuto uno de la función intuimos que no pasó nada bueno en esa casa" Como espectadores sabremos qué piensan, de dónde vienen y qué hacen, como en una obra de Florian Zeller