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Yesim Ozsoy
© Maria DiasYesim Ozsoy

¿Qué pasa con Yesim Özsoy?

Entrevista a la dramaturga turca, que estrena 'Històries d'Istanbul' y nos cuenta qué está pasando en su país

Escrito por
Andreu Gomila
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¿Qué está pasando en Turquía? ¿Como vive el mundo del teatro fue el famoso puente entre Oriente y Occidente? ¿Cómo están viviendo el aumento del autoritarismo? Yesim Özsoy es la autora de 'Històries d'Istanbul' y una de las autoras más populares de su país, con estrenos en diferentes puntos de Europa. Y tal vez, desde Barcelona, ​​la mejor persona para que nos diga como es la realidad de su país. Nos lo cuenta.

A 'Històries d'Istanbul' se habla mucho de nostalgia ...
En Estambul hay mucho movimiento de este a oeste, del este de Turquía a Estambul. Y de Estambul hacia Europa. Más que de nostalgia, hablaría de identidad y de amor hacia la ciudad. Amor y odio.

La gente de Estambul, la quiere, a la ciudad?
Es una relación de amor-odio. Es una ciudad muy caótica. El título original de la obra es 'Aksak Estambul'. 'Aksak' es una palabra polisémica que quiere decir alguien que se va, pero también es un término musical, que hace referencia a un ritmo asimétrico de la música tradicional turca, equivalente al 3/4. Y también es algo que no fluye, que va mal. La obra es como Estambul, de cosas que no van bien y que son asimétricas... Es duro, vivir en Estambul. Somos 15-20 millones de habitantes.

Tus personajes son tristes...
Siempre hay drama y caos, cosas dolorosas. Los personajes sienten dolor y nostalgia.

Y los tiempos que corren no son muy alegres ...
Son difíciles, los de ahora. Hay periodistas y escritores que están en la cárcel por lo que han escrito. Hay una especie de policía de la moral que vigila nuestras obras. Pero también se están produciendo cosas muy buenas: el arte florece en los tiempos más difíciles. Y hay muchas cosas sobre las que escribir.

Comenzaste dirigiendo Beckett, ¿verdad?
Me influyó mucho y lo he leído mucho. Pero también me ha influido el arte tradicional de contar historias. Me gusta el teatro posdramático y la fragmentación, cuando la estructura es importante.

Es la primera vez que 'Històries d'Istanbul' se hace fuera de Turquía ...
La dirigí yo, esta obra, y me es difícil alejarme de ella.

Clips Histories Istanbul from Barcelona Cultura on Vimeo.

La obra habla del día a día de la gente. ¿Podemos imaginarnos la gente de Estambul a través de tu obra?
Quizás sí. Estambul y Turquía no son una sola cosa. Son una ciudad y un país en medio del este y del oeste. La dualidad no es sólo dramática. Desde Europa, se ven como víctimas de la dictadura, tradicionales, religiosos, pero también son modernos, laicos... Turquía no es sólo europea y tampoco es Oriente Medio.

¿Como se recibió tu obra?
Se estrenó en 2006 y fue elegida como la mejor del año. Hay diferentes personajes que hablan directamente a la gente, de manera empática, y las historias que se cuentan son, quizás, muy próximas a los espectadores turcos.

¿Has reescrito alguna parte para llevarla a Barcelona?
Sí, porque cuando la escribí habíamos vivido tres golpes de estado y el año pasado vivimos otro intento. Carles Batlle me pidió de actualizarla.

Te has sentido amenazada?
La situación es muy complicada. Escribí una obra con Helena Tornero que se llamaba 'Amor y fascismo', con un grupo de actrices que no llevaban sujetador. Fue en 2012. Mi última obra va sobre los niños que han muerto por culpa de la guerra y el terrorismo en los últimos dos años. Pero no diré que soy libre de escribir lo que quiera. Cada día, hay gente que es perseguida por lo que dice en las redes sociales, o porque escribe en una revista kurda, o porque pide la paz... Y tienen que dejar el país o van a la cárcel. Estas cosas pasan. No los matan, pero la posibilidad de ir a la cárcel por hacer lo que haces, existe.

¿Te censuras?
No dejamos de hacer lo que tenemos que hacer. No tenemos miedo de este tipo de cosas. Sabemos que estamos en el margen y trabajamos materiales muy contemporáneos. No podemos hacerlo en los teatros oficiales. La forma en que nos presentamos es muy importante. Si dices que estás en contra del velo o que habrá gente desnuda en escena, sabes que tendrás problemas. Si no lo haces, no. Tienes que evitar los titulares. Hay censura. Además, los fondos públicos están congelados.

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