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Poliorama
  • Teatro | Comedia
  • El Raval
  • Crítica de Time Out

Teatre Poliorama

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Time Out dice

 Se encuentra en la planta baja de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Se abrió en 1906 como sala de cine, más tarde funcionó como teatro (de 1937 al 1939 fue el Teatro Catalán de la Comedia) y también permaneció una temporada cerrado. Desde febrero del 1985, cuando volvió a abrir, no ha dejado de lado su faceta teatral

Detalles

Dirección
La Rambla, 115
Ciutat Vella
Barcelona
08002
Transporte
Catalunya (M: L1,L3)
Precio
En función del espectáculo.
Horas de apertura
Varias sesiones y horarios

Qué ocurre

Le congrès ne marche pas

4 de 5 estrellas

La Calòrica no tiene techo. En cada nuevo espectáculo suben un escalón. Apuntan muy alto. Y, como aquellos atletas que se ponen piedras en la mochila para correr más, han decidido levantar un espectáculo de hora y media en francés, con pinceladas de ruso, inglés y alemán (con subtítulos en catalán). Tiene su lógica: hablan del Congreso de Viena de 1814, donde, tras la primera derrota de Napoleón, las potencias europeas se reunieron para repartirse el continente y entonces la lengua franca era el francés. El único que no lo sabe hablar, ejem, es el embajador español, al que, obviamente, despachan pronto para que haga un inútil censo de los ríos navegables. La obra, por encima de todo, habla del liberalismo y de la aparente inmutabilidad de las cosas Si se dedicaran a las trilogías, 'Le congrès ne marche pas' podría ser la tercera parte de una especie de compendio sobre el origen del mundo de hoy, puesto en marcha con la versión de Aristófanes de 'Els ocells' (la democracia, 2019), continuado con 'De què parlem mentre no parlem de tota aquesta merda' (el cambio climático, 2021) y rematado con la obra actual, que, por encima de todo, habla del liberalismo y de la aparente inmutabilidad de las cosas. Porque los asistentes al cónclave de Viena, 25 años después de la Revolución Francesa y del paso por la guillotina de Luis XVI, todavía creían que el mundo no había cambiado, todavía creían que estaban allí por la gracia de Dios, y que el pueblo tenía que aguantar sus excesos.Joan Ya

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